ESLOVAQUIA 6: valle de Demänovská y Paraíso Eslovaco (Slovenský Raj)

24 de junio de 2010 El principal objetivo del día era el valle de Demänovská, con salvajes paisajes de montaña y una de las cuevas mas famosas de Eslovaquia, la cueva Demänovská de la Libertad. Después partimos hacia el este del país, y por el camino hicimos una pequeña excursión en el Paraíso Eslovaco, una popular área natural. Finalmente llegamos a Gregorovce, en los alrededores de Prešov, donde hicimos noche. Después de la tregua del soleado día anterior, volvió a amanecer muy nuboso y frío. Era nuestra última jornada en la región y decidimos explorar el valle en el que nos encontrábamos, el Demänovská Dolina. Nace en el macizo de Nízke Tatry o Bajos Tatras, un conjunto montañoso más pequeño y bajo que los Vysoké Tatry (Altos Tatras), del que lo separa el valle del río Vah. 24 de junio de 2010
El principal objetivo del día era el valle de Demänovská, con salvajes paisajes de montaña y una de las cuevas mas famosas de Eslovaquia, la cueva Demänovská de la Libertad. Después partimos hacia el este del país, y por el camino hicimos una pequeña excursión en el Paraíso Eslovaco, una popular área natural. Finalmente llegamos a Gregorovce, en los alrededores de Prešov, donde hicimos noche.

Ver Dia 6: Demänovská Dolina - Gregorovce en un mapa más grande
Después de la tregua del soleado día anterior, volvió a amanecer muy nuboso y frío. Era nuestra última jornada en la región y decidimos explorar el valle en el que nos encontrábamos, el Demänovská Dolina. Nace en el macizo de Nízke Tatry o Bajos Tatras, un conjunto montañoso más pequeño y bajo que los Vysoké Tatry (Altos Tatras), del que lo separa el valle del río Vah.
Lo primero que hicimos fue ir a visitar la Demänovská Jaskyna Slobody o cueva Demänovská de la Libertad. Se trata de una gran cueva que, junto con las de la región de Slovenský Kras, es Patrimonio de la Humanidad de la Unesco. Llegamos a tiempo para la primera visita del día, a las 9h (todas las visitas a cuevas son guiadas). Hay dos tipos de visita, la normal y la larga, que incluye un paseo en barca. Pero la larga sólo la hacen una vez al día (aquel día creemos que la hacían a las 13 h). La entrada es muy cara para lo que es el país, 7 € por persona. Además, por hacer fotos o grabar en video te cobran 10 €, así que sólo compramos la entrada.
Entramos con un grupo grande que venía de viaje organizado en autocar. Eso nos fue bien, ya que pudimos quedarnos hacia la cola del grupo para poder hacer fotos sin que el guía nos viera... je, je! El recorrido es espectacular, con grutas llenas de estalactitas y estalagmitas. El guía iba parando de vez en cuando para hacer alguna explicación (en eslovaco, claro). La visita dura una hora y se nos pasó volando!
Demänovská Jaskyňa Slobody
Demänovská Jaskyňa Slobody
Demänovská Jaskyňa Slobody
A la vuelta al coche nos encontramos con que el parking donde lo habíamos dejado se había llenado de coches y nos pedían que pagáramos por aparcar (cuando llegamos no había nadie por allí). Así que tuvimos que pagar los 5 € aunque el coche se estuvo media mañana sin que nadie lo vigilara.
Seguimos con el coche valle arriba, para coger alguno de los telesillas que llevan hacia el pico Chopok. Llegamos hasta Jasná, el resort de invierno más famoso de los que hay allí, y nos llevamos la desagradable sorpresa de que todos los telesillas estaban parados. Además, no se veía ningún alma por allí para poder preguntar, incluso los hoteles estaban cerrados! Así que fuimos carretera abajo, donde vimos que había un telesilla funcionando. Era el de Záhradky, el más bajo de los resorts invernales (1.028 m). Cogimos el telesilla, que era espacioso, con capacidad de 6 personas y con posibilidad de quedar parcialmente cerrado. Se iba notando cada vez mas frío conforme íbamos subiendo de altitud.
Subida a Rovná Hola
Al final llegamos a la montaña de Rovná Hol'a (1.491 m), donde cogimos otro telesilla, esta vez más sencillo, donde sólo cabían dos personas. Después de pasar más frío (si cabe) llegamos al Konský Grún (1.843 m) a tan sólo 3 ºC y con mucho viento (y nosotros con un simple chubasquero como abrigo!). Desde allí quedaba muy cerca el pico Chopok (2.024 m), el más importante de esta zona y uno de los más altos de los Nízke Tatry. Pero con el frío que teníamos decidimos volver abajo enseguida. Como estaba nublado, las vistas no eran muy buenas, pero pudimos ver algunas montañas de los Nízke Tatry y la llanura del río Vah.
Vistas de los Nízke Tatry desde la estación Konský Grún
Bajada desde la estación Konský Grún
Vistas de los Nízke Tatry desde la estación Konský Grún
Vistas de los Nízke Tatry desde la estación Konský Grún
Nos esperaba un largo viaje hasta nuestro siguiente alojamiento en Gregorovce. Pero decidimos de hacer alguna parada intermedia. Una de ellas fue para ver la iglesia de madera de Svätý Kríž, cerca de Liptovský Mikuláš. Se trata de una iglesia protestante construida en el siglo XVII, originalmente emplazada en el pueblo de Paludza. Con la construcción del embalse de Liptovský Mikuláš, la iglesia se tuvo que trasladar hasta su ubicación actual.
Svätý Kríž
Interior de la iglesia de Svätý Kríž
Continuamos nuestro viaje hacia el este, y como íbamos bien de tiempo decidimos hacer una segunda parada. Esta vez fue en el Parque Nacional de Slovenský Raj o Paraíso Eslovaco (nombre que dice mucho a favor de este espacio natural...). De entre las diversas puertas de entrada escogimos la de Podlesok, cerca de Hrabušice. Había mucha información sobre rutas de senderismo. Pero tampoco teníamos mucho tiempo, así que decidimos hacer un tramo de la ruta más famosa, la de la garganta de Suchá Belá. La ruta serpentea por el mismo río que excava el profundo cañón, por lo que a veces se camina por pasarelas o escaleras de madera para evitar el agua. Como era tarde, no tuvimos que pagar para hacer el camino. Hicimos un pequeño tramo ya que, debido a inundaciones, las pasarelas estaban en mal estado.
Garganta de Suchá Belá
Garganta de Suchá Belá
Garganta de Suchá Belá
Al final llegamos a Gregorovce, cerca de Prešov, donde estaba nuestro alojamiento, la Penzion Boudica. Era un pueblo pequeño, que sólo tenía un par de calles, por lo que la pensión tendría que haber sido fácil de encontrar. Pero nos costó! Y eso que había un cartel que indicaba el camino. Pero para llegar tuvimos que bajar por un camino de tierra y al llegar a unas granjas abandonadas girar. El sitio menos pensado para una pensión. En ella había un hombre que sabía algo de inglés, así que nos pudimos comunicar bastante bien. Nuestra habitación estaba era amplia y tenía una pequeña cocina (aunque no la utilizamos). Acabamos cenando unas pizzas en la misma pensión, ya que también era pizzería.
Nuestra habitación en la Penzion Boudica

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