NORUEGA 7: Sognefjord II, norte

9 de agosto de 2009 Esa jornada la íbamos a dedicar a explorar la orilla norte del Sognefjord, desde Sogndal hasta Balestrand. Cerca de esta última ciudad, haríamos un tramo de la carretera turística de Gaularfjellet, con espectaculares paisajes de montaña. Lo primero que visitamos aquel día fue la Kaupanger Stavkyrkje, muy cerca de nuestro alojamiento. Llegamos tan pronto que aun no estaba abierta y tuvimos que esperar un poco. Esta iglesia de madera del siglo XII es la más grande de la provincia de Sogn og Fjordane. El interior estaba muy bien conservado, en especial sus pinturas, pero no se podían hacer fotos dentro.
19 de agosto de 2009
Esa jornada la íbamos a dedicar a explorar la orilla norte del Sognefjord, desde Sogndal hasta Balestrand. Cerca de esta última ciudad, haríamos un tramo de la carretera turística de Gaularfjellet, con espectaculares paisajes de montaña.

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Lo primero que visitamos aquel día fue la Kaupanger Stavkyrkje, muy cerca de nuestro alojamiento. Llegamos tan pronto que aun no estaba abierta y tuvimos que esperar un poco. Esta iglesia de madera del siglo XII es la más grande de la provincia de Sogn og Fjordane. El interior estaba muy bien conservado, en especial sus pinturas, pero no se podían hacer fotos dentro.
Kaupanger Stavkyrkje
Cerca de la iglesia, en el puerto de Kaupanger, visitamos el Sogn Fjord Museum, un museo gratuito sobre la historia y los modos de vida en los fiordos noruegos. Lo más interesante eran varias embarcaciones y aparejos antiguos de pesca de la región. Desde fuera del museo hay una gran vista del Amlabukti, una especie de bahía conectada con el Sognefjord.
A continuación cogimos la carretera 5 en dirección a Sogndal. A la altura de Kjørnes la carretera hace una gran curva, desde donde hay una gran vista de Sogndal y del Sogndalsfjord.
Sogndal
panorámica del Sogndalsfjord, con Sogndal al fondo
En Sogndal nos desviamos por la carretera 55, que va bordeando el Sogndalsfjord primero y el Sognefjord después. A lo largo de ella fuimos haciendo paradas para contemplar el paisaje. Una de las primeras fue en Nornes, un pequeño pueblecito situado en el punto donde se juntan Songdalsfjord y Sognefjord.
Sognefjord desde Nornes
La siguiente parada fue en Hermansverk, una pequeña ciudad situada a orillas del Sognefjord. Desde su puerto había unas vistas fabulosas de este fiordo. Como curiosidad, esta localidad también posee una especie de menhir, el Baldersteiner, que nos acercamos a ver ya que estaba bien indicado desde la carretera.
Hermansverk
Después de pasar Leikanger (la capital de la provincia), paramos para ver la Kvinnafossen, una bonita catarata de 120 m de caída. Dejamos el coche en un aparcamiento cercano para poderla contemplar mejor.
Kvinnafossen
Un poco más adelante cogimos el ferry de Dragsvik a Hella, que cruza la zona que separa el Færlandsfjord del Sognefjord. Como en otros ferrys, fue una gozada estar en la cubierta contemplando los paisajes... aunque el aire nos hizo coger frío rápidamente!
ferry de Dragsvik a Hella
Poco después llegamos a Balestrand, un importante centro turístico de la zona. Fuimos hasta el puerto, donde había unas bonitas vistas del fiordo y de las montañas del norte, hacia donde van muchas rutas de senderismo. En la oficina de turismo, situada en el mismo puerto, nos proporcionaron un folleto con las distintas atracciones turísticas de interés. Incluía un mapa con una ruta por el pueblo para verlas todas.
vista desde el puerto de Balestrand
Primero fuimos a ver el hotel Kvikne, uno de los hoteles más lujosos de la zona. Se construyó en el siglo XIX y actualmente es uno de los edificios de madera más grandes del país. Al lado del bonito edificio de madera, el hotel posee un feo edificio de cemento, donde seguramente las habitaciones deben ser más baratas...
hotel Kvikne
Junto al hotel está la St. Olav Kyrkje, una iglesia anglicana del siglo XIX construida a semejanza de las stavkirke o iglesias noruegas de madera. Por ejemplo, en el tejado hay unas cabezas de dragón similares a las de la iglesia de Borgund. El interior es enteramente hecho de madera, y se veía bastante moderno. Nos sorprendió saber que esta iglesia depende del obispo de Gibraltar.
St. Olav Kyrkje
Cogimos el coche para ir a ver los túmulos vikingos, que estaban un poco alejados del centro. A simple vista parecían simplemente un par de abombamientos del terreno. Unos paneles explicativos indicaban que se trataba de tumbas de la época vikinga, de las que se han rescatado esqueletos y objetos de la época, incluso restos de una embarcación. Encima de uno de estos túmulos hay la estatua del legendario rey Bele.
A continuación dejamos Balestrand y fuimos hacia la carretera de Gaularfjellet. Por el camino bordeamos dos bonitos fiordos, el Sværafjord y el Vetlefjord.
Sværafjord (izquerda) y Vetlefjord (derecha)
Sværafjord
al fondo del Vetlefjord
Al final del Vetlefjord la carretera va ascendiendo por la montaña. Aunque la Gaularfjellet realmente comienza en Balestrand, aquí es donde se aprecian realmente los paisajes montañosos que la caracterizan. A través de muchas curvas cerradas se superan los más de 700 m de desnivel entre el fiordo y el punto más alto, donde está el bonito lago Nystølvatnet. A sus orillas hay algunas de las típicas cabañas de madera con el techo verde debido a las hierbas que crecen en él.
Gaularfjellet
Nystølvatnet, Gaularfjellet
La carretera continúa hasta Moskog, discurriendo entre montañas y lagos alpinos. Pero nosotros ya estábamos cansados y decidimos regresar hacia Kaupanger. Por el camino hicimos parada en Sogndal, una de las ciudades más grandes de la región. Pese a ello, por las calles no había apenas vida, solo encontramos un restaurante chino y otro normal que pertenecía a un hotel.
Sogndal
Como excepción, aquella noche dejamos de lado la comida de supervivencia (pasta y sopa de sobre y embutido envasado) para hacer una cena en condiciones. Como en Sogndal no habíamos encontrado ningún sitio para cenar, nos decantamos por el restaurante del sitio donde nos alojábamos, el Norlandia Vesterland Resort. Además, como éramos clientes, nos hacían un descuento! Decidimos comer algo típico, así que pedimos reno asado y salmón. Estaba buenísimo, aunque el alto precio nos serviría para no repetir una cena así durante muchas noches más...
cena en el Norlandia Vesterland Resort

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