CROACIA 6: Trogir & Split

21 de abril de 2011 Después de dos días dejamos Skradin, nuestra base en la región de Šibenik. Partimos en dirección a Kaštela, en la región de Split, donde estaríamos los dos días siguientes. Aquel día nos centraríamos en visitar las ciudades históricas de Trogir y la misma Split. Abandonamos Skradin y nos dirigimos hacia Trogir, una bonita ciudad medieval declarada patrimonio de la Unesco. Trogir tiene una larga historia, donde se alternan elementos de diferentes culturas (griega, romana, croata...).
21 de abril de 2011
Después de dos días dejamos Skradin, nuestra base en la región de Šibenik. Partimos en dirección a Kaštela, en la región de Split, donde estaríamos los dos días siguientes. Aquel día nos centraríamos en visitar las ciudades históricas de Trogir y la misma Split.

Ver Croacia 6: Skradin - Kaštel Lukšic en un mapa más grande
Abandonamos Skradin y nos dirigimos hacia Trogir, una bonita ciudad medieval declarada patrimonio de la Unesco. Trogir tiene una larga historia, donde se alternan elementos de diferentes culturas (griega, romana, croata...). Su hermoso casco antiguo está construido en una isla y nos encantó pasear por sus tranquilas calles adoquinadas.
Dejamos el coche en un inmenso aparcamiento de tierra cerca del mercado municipal. Al centro se accede a través de dos puentes, uno de ellos peatonal. Empezamos la visita por la Kopnena vrata, la Puerta de Tierra Firme, uno de los pocos vestigios de las fortificaciones del siglo XVII, y presidida por San Juan, el patrón de la ciudad.
Kopnena vrata
Después de deambular por frescas callejuelas, llegamos a la Trg Ivana Pavla II, la plaza de Juan Pablo II, centro neurálgico del casco antiguo. Aquí se hallan los edificios históricos más importantes, como el ayuntamiento románico del siglo XIII, los palacios góticos Čipiko y la antigua logia municipal.
Trg Ivana Pavla II
Aunque sin duda el principal monumento de la plaza y de la ciudad es la Katedrala Sv. Lovre o catedral de San Lorenzo. Se empezó a construir durante el siglo XIII, aunque no se logró acabar hasta 300 años después, lo que hace que conserve diferentes estilos (gótico, renacentista, barroco...). Una de las cosas que más nos impresionó fue las esculturas y relieves de la portada occidental.
Katedrala Sv. Lovre
Katedrala Sv. Lovre
El interior se había restaurado recientemente, por lo que rebosaba de luminosidad. Destaca la capilla de San Juan de Trogir del siglo XV, con sus delicadas esculturas y relieves. A continuación subimos los 47 m de la torre del campanario de la catedral, en cuya cima hay una magnifica vista de 360º de Trogir: se veía toda la extensión del casco histórico, desde la fortaleza de Kamerlengo al puerto de Trogir, pasando por la vecina isla de Čiovo. Lo único que estropeaba la hermosa vista es el feo cementerio de barcos que hay al sur.
vista desde Katedrala Sv. Lovre
vista desde Katedrala Sv. Lovre
vista desde Katedrala Sv. Lovre
vista desde Katedrala Sv. Lovre
Abandonamos la plaza y nos dirigimos hacia Riva, el paseo marítimo. Fue muy agradable pasear por allí, con el mar y los barcos a un lado y las murallas medievales en el otro. De entre ellas surgía la torre del Samostan Sv. Nikola o convento de San Nicolás, construido entre dos tramos de muralla. En el extremo occidental de Riva también destaca la iglesia de Santo Domingo o Sv. Dominik, en esos momentos en reconstrucción.
Riva
Al final de Riva se alza la Tvrđava Kamerlengo, una fortaleza del siglo XVI que albergaba al encargado de las finanzas municipales. A parte de sus sólidas murallas y sus macizas torres, no queda nada más de la fortaleza. El principal atractivo de su visita son las bonitas vistas de Trogir (sobre todo de Riva) y de la isla de Čiovo.
Tvrđava Kamerlengo
vistas desde Tvrđava Kamerlengo
vista desde Tvrđava Kamerlengo
Volvimos hacia la parte oriental de la isla por el interior, entre las estrechas y agradables callejuelas. Dejamos atrás el casco antiguo atravesando el puente peatonal. Cerca se hallaba el mercado municipal, así que nos acercamos para dar un vistazo y buscar algo de comer. En sus puestos compramos un poco de fruta y un Ćevapi, un plato típico balcánico consistente en carne picada con verduras, metido todo en una especie de pan. Era tan grande que con uno tuvimos más que suficiente para los dos. Estaba muy bueno, aunque era un poco picante.
calleja de Trogir
Abandonamos Trogir y partimos en dirección a Split. Antes de visitar la ciudad, fuimos a Kaštel Lukšić (Kaštela) donde estaba nuestro apartamento para dejar la maleta, ya que nos venia de camino. El sitio se llamaba Giovanna Guesthouse y cuando lo reservamos nos mandaron un mail para indicarnos como llegar. Pese a que nos imprimimos un mapa y sus indicaciones, nos costó encontrarlo, ya que en la casa no ponía el nombre del alojamiento ni indicación de sobe o apartamento. Se trataba de un pequeño apartamento habilitado en el antiguo parking de la casa, con una mini-cocina casi sin utensilios. Pero por 16 € la noche no podíamos pedir nada más.
nuestro apartamento de Giovanna Guesthouse
Después de dejar la maleta nos dirigimos a Split, la segunda ciudad de Croacia. Es una gran urbe, con grandes edificios residenciales y un tráfico caótico. Siguiendo los carteles llegamos al centro y aparcamos el coche en un parking de pago.
El principal atractivo de Split es el palacio de Diocleciano, emperador romano de origen croata durante los siglos III y IV. Cuando se retiró hizo construir un grandioso palacio, de 200 m de largo y que albergaba hasta 9.000 personas. Después de la muerte de Diocleciano, y tras las primeras invasiones y saqueos de los godos, los habitantes de la región se refugiaron tras los espesos muros del palacio, donde empezaron a construir sus casas. De esta forma, la incipiente Split fue creciendo dentro del palacio, integrando sus nuevas edificaciones a los muros romanos. Por esta razón, el palacio ha podido conservarse tan bien hasta nuestros días, y por eso fue declarado patrimonio de la humanidad de la Unesco.
Empezamos la visita por el muro este del palacio de Diocleciano, donde había la puerta de Plata, uno de los cuatro puntos de entrada. Lo reseguimos hacia al sur hasta al Riva, donde había una fantástica vista del muro sur del palacio. Fue muy interesante ver como los nuevos edificios habían aprovechado el muro del palacio para integrarlo en sus fachadas. Incluso algunos edificios habían aprovechado los antiguos huecos de las ventanas para hacer las suyas.
Riva
Riva
Entramos al palacio por la puerta de Bronce y nos internamos por los sótanos. Éstos albergaban almacenes y habitaciones de esclavos, y dan una idea de cómo eran las edificaciones que habían en la superficie. Para ver los sótanos hay que pagar entrada y la visita no merece mucho la pena, ya que hay muchas salas y en la gran mayoría no hay plafones que te expliquen lo que estas viendo. Hay una parte de los sótanos por las que se puede cruzar gratis, ya que hay unas tiendas de souvenirs y una librería.
sótanos del palacio de Diocleciano
La salida de los sótanos es impresionante, se sale a la plaza del Peristilo con la catedral al lado. En él se conservan las tres hileras de columnas romanas características. El Peristilo daba acceso al mausoleo de Diocleciano (hoy es la catedral) y a los apartamentos imperiales.
Peristilo
A un lado del Peristilo está la katedrala Sv. Duhe o catedral de San Domnio, que antiguamente era el mausoleo de Diocleciano. El interior era impresionante, lástima que algunas de sus capillas estaban en obras. Después subimos los 60 m de la torre del campanario, desde donde hay unas vistas espectaculares de Split: el panorama es de 360º y abarca todo el recinto del palacio de Diocleciano, a parte de la ciudad moderna. Allí arriba comprendimos mejor como Split fue creciendo dentro del palacio. Una de las vistas más interesantes es la sur, donde se ven como se fueron integrando las nuevas casas al antiguo palacio.
katedrala Sv. Duhe
vista norte desde la katedrala Sv. Duhe
vista sur desde la katedrala Sv. Duhe
El Peristilo también daba acceso a varios templos romanos. El único que se conserva es el templo de Júpiter, que se transformó posteriormente en el baptisterio de la catedral. Es un templo muy pequeño, pero tiene una interesante pila bautismal del siglo XII.
templo de Júpiter
Abandonamos el Peristilo hacia el sur, donde nos encontramos con el vestíbulo de los apartamentos imperiales, un gran edificio bastante bien conservado. De los apartamentos en si no queda nada, sólo podíamos imaginárnoslos...
A continuación atravesamos el palacio hacia el norte por Dioklecijanova, una calle que sigue el trazado del cardus, una de las principales calles de cualquier ciudad romana. A través de ella llegamos a la puerta de Oro, en lado norte del palacio. Cerca de la puerta hay la gran estatua de Gregorio de Nin (que tiene un asombroso parecido con Gandalf el Gris...), dicen que tocar su dedo del pie da buena suerte...
Dioklecijanova
estatua de Gregorio de Nin
Volvimos a entrar al palacio para buscar la última entrada que no habíamos visto, la puerta de Hierro. Estaba en el lado oeste del palacio, y tenia una pequeña capilla del siglo XI encima.
puerta de Hierro
Por la puerta de Hierro salimos a la Narodni trg o plaza del Pueblo, presidida por el antiguo ayuntamiento del siglo XV. Junto a la puerta está el palacio Ciprianis, que tenia una gran foto del general Ante Gotovina con la inscripción "héroe", lo que ponía de manifiesto el gran apoyo popular al militar croata que estaba siendo juzgado en La Haya.
Narodni trg
palacio Ciprianis, con la foto de Ante Gotovina
Lo que quedaba de día, lo dedicamos a la parte nueva de la ciudad. Caminamos hacia la Trg Braće Radić o plaza de los hermanos Radić, una bonita plaza presidida por la torre de una antigua fortificación veneciana y por el palacio Milesi.
Trg Braće Radić
Llegamos al Riva y caminamos un tramo hasta la Trg Republike, la plaza de la Republica, una gran plaza diseñada a imagen y semejanza de la de San Marcos de Venecia. Acabamos la visita dando un paseo por Marmontova, una animada calle peatonal.
Trg Republike
Marmontova
Como todavía quedaban un par de horas de sol, fuimos a dar una vuelta a Kaštel Lukšić, donde estaba nuestro alojamiento. Pertenece al municipio de Kaštela, que engloba diferentes núcleos que tienen una característica común: cada uno esta presidido por un castillo fortificado (un "kaštel"). Quisimos visitar algunos, pero no encontramos el desvío en la carretera que nos llevara a ellos. El único que vimos fue el de Kaštel Lukšić, un gran castillo del siglo XV construido prácticamente en el mar.
Allí no habían muchos restaurantes y algunos estaba cerrados. Para cenar acabamos en el vecino pueblo de Kaštel Kambelovac, en la Konoba Baletna Škola, donde volvimos a comer una parrillada de carne para dos personas.

0 comentarios:

Publicar un comentario