BÉLGICA 1: Namur y Dinant

4 de abril de 2012 Nuestro vuelo rumbo a Bélgica era con Ryanair, así que el avión nos dejaba en el aeropuerto secundario de Charleroi, al sur de Bruselas. Aprovechando que estábamos en la zona de Valonia, dedicamos el primer día a visitar su capital, Namur, y un pueblecito cercano llamado Dinant. Ambos son visitados básicamente por turistas autóctonos que disfrutan del patrimonio artístico e histórico valón de Namur y de la localidad de veraneo y excursionismo de Dinant. Tuvimos que levantarnos temprano ya que el avión salía de Barcelona a las 7:10 de la mañana. El vuelo fue bien y una vez en el aeropuerto del Charleroi fuimos a buscar el bus que nos llevaría a la estación de tren de Charleroi-Sud.
4 de abril de 2012
Nuestro vuelo rumbo a Bélgica era con Ryanair, así que el avión nos dejaba en el aeropuerto secundario de Charleroi, al sur de Bruselas. Aprovechando que estábamos en la zona de Valonia, dedicamos el primer día a visitar su capital, Namur, y un pueblecito cercano llamado Dinant. Ambos son visitados básicamente por turistas autóctonos que disfrutan del patrimonio artístico e histórico valón de Namur y de la localidad de veraneo y excursionismo de Dinant.
Ver Bélgica 1a: Namur & Dinant en un mapa más grande
Tuvimos que levantarnos temprano ya que el avión salía de Barcelona a las 7:10 de la mañana. El vuelo fue bien y una vez en el aeropuerto del Charleroi fuimos a buscar el bus que nos llevaría a la estación de tren de Charleroi-Sud. Este autobús, de la compañía Tec, circula cada media hora y tarda unos 20 minutos en llegar. Nosotros compramos los billetes combinados bus+tren en la máquina delante de la parada ya que según la guía salía mejor de precio que comprándolos por separado.
Al llegar a la estación de tren buscamos la vía donde salía el primero hacia Namur. Nos pareció que todo era bastante sencillo de seguir. El tren que cogimos era viejo y parecíamos los únicos turistas. Al cabo de un rato paso el revisor con un par de acompañantes. Al ver nuestro billete combinado con el bus se puso muy contento y nos pidió de quedárselo. Se ve que iba con unos estudiantes y les estuvo explicando como funcionaba ese billete. Fue todo muy curioso!
Ver Bélgica 1b: Namur & Dinant en un mapa más grande
Llegamos a Namur sobre las 10:30 con ganas de empezar la visita aprovechando que hacía sol. Fuimos directamente a la oficina de turismo, muy cercana a la estación de tren, donde nos dieron un mapa de la ciudad y un folleto bastante completo (en francés) con una ruta por las principales atracciones de la ciudad. Comenzamos andando por la Rue de Fer, una calle llena de tiendas con mucha gente paseando. Al final, la calle se ensancha para formar una plaza, la Rue de l’Ange, flanqueada por casas de los siglos XVII y XVIII.
Rue de Fer
Rue de l'Ange
Rue de l'Ange
Un poco más adelante llegamos a la Place d’Armes, su plaza principal. Dominando la plaza se encuentra la antigua bolsa de comercio, de 1932 que actualmente es el Palais des Congres. Justo en frente hay una estatua de “Joseph, François et les escargots” que escenifica la lentitud de los habitantes de Namur, que pasean con mucha calma por sus calles.
Place d'Armes,Palais de Congres
Place d'Armes,“Joseph, François et les escargots”  
Justo detrás se intuye el Beffroi, una torre circular medieval. Los beffroi son campanarios civiles símbolos de la libertad comunal de los ciudadanos en la edad media. Tanto los de Bélgica como los de Francia han sido catalogados como patrimonio de la humanidad de la Unesco. El de Namur, llamado también Tour Saint-Jacques, data del siglo XIV pero no fue hasta 400 años después, cuando se le añadió el reloj, que se convirtió en beffroi.
Beffroi
Siguiendo la calle del Beffroi llegamos a la plaza donde está el Théâtre Royal, reconstruido completamente en 1863 después de un gran incendio. A continuación cruzamos el río Sambre, afluente del largo río Meuse, que nace en Francia y desemboca en Holanda. Al otro lado del río se encuentra la ciudadela de Namur. En la oficina de turismo nos comentaron que se podía ir en teleférico y que arriba había unas buenas vistas y un museo, pero no nos daba tiempo de subir si queríamos ir luego a Dinant. Así que simplemente fuimos a ver el río Meuse y el Parlament Wallon, situado en un antiguo hospicio del siglo XVII.
Théâtre Royal
vistas del rio Meuse
Parlament Wallon
Volviendo al centro vimos el Halle al’Chair, el antiguo mercado de carnes de 1590 que ahora es sede del Museo de Arqueología. Nos faltaba aun por visitar toda la parte oeste de la Rue de l’Ange. Fuimos en primer lugar a la pequeña Place aux Légumes llamada también plaza del viejo mercado. Aunque esta llena de terrazas, ofrece el mismo encanto desde el siglo XVIII.
Halle al'Chair, a orillas del río Sambre
Place aux Legumes
Más adelante encontramos la iglesia barroca de Saint-Loup con su enorme fachada. El interior, solo visible a través de un cristal, dejaba entrever las columnas de mármol violeta y las filigranas del techo. Finalmente llegamos a la Cathedrale St. Aubain, situada en una plaza llena de coches. Se ve que el interior es bastante bonito, pero no podemos decir lo mismo del exterior.
Cathedrale St. Aubain
Una vez terminado el recorrido volvimos a la estación de tren por calles peatonales llenas de tiendas y terrazas. Como hacía sol era muy agradable pasear por allí. En total estuvimos un par de horas en la ciudad. Sobre la una del mediodía cogimos el tren en dirección a Dinant. Aprovechamos el rato de tren para comer los bocadillos que nos habíamos traído de casa.
Rue de Marchovelette
Rue St. Joseph
Dinant es un pequeño pueblo a orillas del río Meuse con una fortaleza situada encima de un acantilado. Al llegar fuimos directamente a la orilla del río para apreciar la bonita panorámica del lugar. Impacta bastante ver la línea de casas, la iglesia y el acantilado todo tan junto! Parece que no haya espacio para todo el pueblo. La verdad es que es un pueblecito de postal.
panorámica de Dinant
vista de postal de Dinant
En la oficina de turismo, situada a este lado del río, nos dieron un mapa bastante claro y un montón de explicaciones sobre las distintas cosas que se podían hacer. Una de las opciones era coger un barco que te hacía un recorrido por el río de 40 minutos. Cruzamos el río y fuimos a ver los horarios y los precios, pero en aquel momento no salía ninguno.
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En esta orilla, al haber el acantilado, el pueblo es muy estrecho con solo tres calles paralelas al río. Fuimos a la calle principal, la Rue Grande, que desgraciadamente estaba en obras. Allí se encuentra el Hôtel de Ville o ayuntamiento donde hay un monumento en memoria de los ciudadanos de Dinant fusilados por los alemanes en 1914. Se ve que la batalla por la ciudad fue una masacre durante la Primera Guerra Mundial.
Hôtel de Ville, con el monumento de la masacre de Dinant a la derecha
Al final de la Rue Grande está la Collégiale Notre-Dame, la gran iglesia que aparece en cualquier fotografía del pueblo. Leímos en la guía que la primera iglesia románica quedo completamente destruida en el siglo XIII por la caída de una roca. No nos sorprendió nada. La actual iglesia, realizada al cabo de poco tiempo, es gótica y posteriormente se le añadió el curioso campanario con forma de cebolla.
Collégiale Notre-Dame
Collégiale Notre-Dame, interior
Justo al lado de la iglesia hay las taquillas para la Ciudadela. Aunque teníamos ganas de subir a pie, nos dijeron que el precio de la entrada incluía el viaje en el teleférico así nos ahorramos la subida. La visita solo se puede hacer guiada, pero tuvimos suerte porque cuando llegamos solo faltaba un cuarto de hora para que empezara la siguiente. La mayoría de visitantes eran turistas locales, sobretodo familias con niños, y la visita se hacía bilingüe, en francés y neerlandés. Al vernos extranjeros nos preguntaron de donde éramos y nos dieron un folleto en castellano donde se explicaba muy resumidamente la visita.
patio de armas de la Ciudadela
La Ciudadela de Dinant se construyo en el siglo XI y ha sido varias veces reconstruida y ampliada. Su aspecto actual se debe a los neerlandeses y data de 1818. La visita se hace por diferentes pasillos y salas que incluyen escenificaciones de la historia de Dinant. La que más nos impacto fue la sala ambientada en las trincheras de 1914 donde había un bunker hundido, ametralladoras y explosiones como ruido de fondo y mucha oscuridad.
recreación de las trincheras en la Citadelle
La visita también incluye una salida a un mirador desde donde se puede admirar una bonita vista del pueblo de Dinant, con su iglesia a orillas del río. En total duró más o menos una hora y salimos bastante contentos con todo lo que nos habían contado.
vista de Dinant desde la Citadelle
vista de Dinant, con la Collegiale en primer término
vista de Dinant desde la Citadelle
Para bajar queríamos seguir viendo las hermosas vistas del pueblo así que nos animamos a usar la escalera de 1577. Tiene un total de 408 escalones pero eran tan empinados que las agujetas nos duraron varios días.
bajando a Dinant desde la Citadelle
Como aun teníamos un poco de tiempo terminamos de dar una vuelta por el pueblo. Fuimos hasta la casa de Adolphe Sax, nacido en Dinant e inventor del saxofón.
frente a la Maison Sax
Volvimos al puerto para comer un poco. Habíamos visto gente con patatas fritas antes de subir a la ciudadela y nos habían dado envidia. Las compramos en un pequeño bar en l’Avenue Winston Churchill. Las pedimos con mayonesa y nos pusieron tal cantidad de salsa que nos costó un poco comérnoslas.
comiendo patatas fritas, tras una vista espectacular
Como ya empezaba a hacerse tarde fuimos a coger el tren para ir a Bruselas. Aun teníamos que buscar nuestro alojamiento y queríamos ir con tiempo. Este tren nos costó 12,20 € cada uno y llegamos a la capital un poco más tarde de las 18h.
Nuestro Bed & Breakfast quedaba en la zona de Ste. Catherine así que al bajarnos del tren en la Gare Central cogimos el metro. Fueron solo dos paradas, pero queríamos dejar la visita de la ciudad para el día siguiente. Compramos un bono de 5 billetes por si queríamos coger el metro otro día, la suerte fue que no tuvimos donde picar en la estación central así que llegamos a Ste. Catherine con los 5 billetes aún por usar!
Reservamos el alojamiento en la web de Bed&Brussels y elegimos la habitación 438-1 del Fish Markt. Fue fácil llegar desde el metro y nos atendió una mujer muy simpática llamada Elisabeth que sabía hablar español. Nuestra habitación era muy amplia y teníamos un baño para nosotros solos que estaba muy bien. Los desayunos fueron esplendidos, con muchas cosas caseras y muy ricas. La verdad es que lo recomendamos mucho porque Elisabeth nos trato muy bien y queda bastante céntrico pero a la vez en una zona muy tranquila.
nuestra habitación en el B&B Fish Markt
Una vez instalados fuimos a buscar algún sitio para cenar. Habíamos leído que en esta zona había los mejores restaurantes de pescado y marisco. Estuvimos dando una vuelta por la avenida del Marché aux Poissons para ver que había y al final entramos en un sitio con menús donde un camarero muy insistente nos animó a entrar, Le Dauphin. La verdad es que no tuvimos nada de suerte con la elección. De primer plato en un menú había croquetas de queso y en el otro fondue de queso y al final resultó ser las dos cosas el mismo plato. Eran unas simples croquetas de queso que aunque estaban buenas nos sorprendió la forma que tenían de engañar al cliente. Luego nos fijamos los siguientes días que son muy típicas en Bruxelles y que depende del restaurante lo llaman de una forma u otra. De segundo comimos moules et frites (mejillones con patatas fritas) y waterzooi (estofado cremoso de pollo) que estaban bastante buenos. Y de postre cual fue nuestra sorpresa cuando nos dijo que la tabla de quesos que estaba en el menú se había agotado (a parte de nosotros solo había otra pareja en el restaurante) así que nos tuvimos que conformar con un simple helado. La comida no estuvo mal pero nos sentimos un poco timados. Lastima que no hubiéramos leído las malas criticas que tiene este local en internet.
cenando en Le Dauphine

4 comentarios:

  1. Me ha encantado la entrada! Desde hace años soy un enamorado de Bélgica, y desde luego he tenido la oportunidad de visitar el país en numerosas ocasiones, pero nunca me había parado a pensar en Namur ni Dinant (y eso que me los aconsejaron). Tras leer vuestro post, sé de veras que debo visitar esas dos ciudades, qué encanto de fotos!
    Por otro lado, os dejo aquí mi blog www.lepetitjardindepablo.com en el que podréis encontrar entradas sobre Mons y descubrir las maravillas de esta ciudad valona, creo que completará vuestra experiencia. Un saludo, y aquí tenéis un nuevo seguidor!

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    1. Hola Pablo,

      Estamos de acuerdo, es un país fascinante, y eso que nosotros solo hemos ido a los lugares más típicos. Nos faltó ver algo mas de Valonia, precisamente lo poco que vimos fue Namur y Dinant, dos lugares muy recomendables.

      Gracias por darnos a conocer tu blog, tiene unas fotos fantásticas. El último día de nuestro viaje estuvimos sopesando la idea de ir a Mons, pero al final nos decantamos por Tournai y su catedral.

      Saludos

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  2. ¡¡ cuanta información!! yo voy a ir a Namur 4 días, mi hija se queda de Erasmus y visitaremos todo lo que nos habéis dicho, no pensaba que podría haber cosas tan bonitas allí. ¡¡Gracias!!

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    1. Muchas gracias! La verdad es que cerca de Namur hay muchas mas cosas de las que explicamos nosotros. Hay toda la region del sur, las Ardenas, con naturaleza para disfrutar, están las ciudades de Lieja, Charleroi, Mons... Vas a tener sitios para elegir!
      Saludos

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