RUMANÍA 3: Transilvania E (iglesias fortificadas y Sighişoara)

Aquel día dejaríamos Brașov y seguiríamos nuestra ruta hacia el norte de Transilvania hasta Sighișoara. Por el camino veríamos algunas de las muchas iglesias fortificadas que salpican la región: Hărman, Prejmer y Viscri. Después de tomar un café en la habitación, abandonamos Brașov en dirección a la primera de las iglesias fortificadas, Hărman. Estas iglesias fueron construidas por los colonos sajones venidos desde Alemania a partir del siglo XII.
14 de Octubre de 2012
Aquel día dejaríamos Brașov y seguiríamos nuestra ruta hacia el norte de Transilvania hasta Sighișoara. Por el camino veríamos algunas de las muchas iglesias fortificadas que salpican la región: Hărman, Prejmer y Viscri.

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Después de tomar un café en la habitación, abandonamos Brașov en dirección a la primera de las iglesias fortificadas, Hărman. Estas iglesias fueron construidas por los colonos sajones venidos desde Alemania a partir del siglo XII. Se instalaron en la parte centro y sur de Transilvania, favorecidos por el rey de Hungría que gobernaba la región y que le interesaba que los sajones defendieran su frontera este de las incursiones mongolas. Las ciudades sajonas, como Brașov, se rodearon de murallas, pero los pueblos optaron por fortificar su iglesia, donde se refugiaban los habitantes si había alguna amenaza.
Llegamos a la biserica fortificată Hărman sobre las 9 bajo una intensa lluvia. Después de pagar unos pocos lei, entramos en su recinto, casi completamente ocupado por su alta y blanca iglesia del siglo XIII. Una gruesa muralla rodeaba el templo, y en su cara interior pudimos ver las diferentes casas que se construyeron para albergar a los habitantes en caso de peligro. También había algunas dependencias que se usaban como almacenes de comida, para poder resistir en caso de asedio. Algunas de esas construcciones se habían desmantelado para usar su piedra en otras edificaciones del pueblo, por lo que en algunas zonas se podía ver la muralla.
Biserica fortificată Hărman
Biserica fortificată Hărman
Biserica fortificată Hărman
Biserica fortificată Hărman
Biserica fortificată Hărman
El interior de la iglesia era bastante sobrio. Como en el caso de Brașov, había algunas alfombras antiguas, ofrendas de los comerciantes sajones. La visita a Hărman nos gustó mucho, nos pareció muy interesante su estructura e historia.
Abandonamos Hărman y nos dirigimos a Prejmer, una de las iglesias fortificadas más bien conservadas de la región, y es una de las siete que son Patrimonio de la Humanidad de la Unesco. No sabíamos si la encontraríamos abierta, ya que según la Lonely Planet los domingos cerraba, pero por fortuna sí lo estaba. La biserica fortificată Prejmer data del siglo XV, y es una de las mas grandes de Transilvania, con dependencias en cuatro niveles y más de 200 habitaciones. Nos pareció impresionante, las construcciones adosadas a la muralla estaban en un muy buen estado de conservación. Las distintas dependencias estaban conectadas por fuera por pasillos y escaleras de madera pintada de negro, como muchas construcciones tradicionales alemanas. Se permitía a los visitantes recorrer algunos de los pasillos y entrar en algunas habitaciones, aunque solo unas pocas estaban amuebladas.
biserica fortificată Prejmer
biserica fortificată Prejmer
biserica fortificată Prejmer
biserica fortificată Prejmer
La iglesia del centro de la ciudadela era del siglo XIII y dentro tenía un bonito tríptico en el altar. Allí nos encontramos a los mexicanos con los que hablamos en el aeropuerto de Bucarest, que empezaban su visita del día por Prejmer. Nosotros les dijimos que probablemente Hărman les decepcionaría comparada con Prejmer. A nosotros nos gustó también la de Prejmer, y recomendamos visitarla después de la de Hărman.
La siguiente visita también seria una iglesia fortificada, Viscri, pero estaba un poco más lejos, a 100 km de distancia, aunque de camino a Sighișoara. Para llegar a Viscri hay que tomar un desvío que sale de Buneşti y continuar durante 8 km por la carretera más horrible e infernal de todo nuestro viaje a Rumanía. Es una sucesión de trozos sin asfalto y de socavones de un palmo de profundidad que hay que ir sorteando a 20 km/h. Finalmente llegamos a Viscri, el típico pueblo sajón con casas pintadas y animales domésticos sueltos a su libre albedrío. Como teníamos hambre comimos un poco del delicioso queso que compramos en Bran. Eso sí, tuvimos que hacerlo dentro del coche por que llovía mucho.
Viscri
Viscri
Después de comer fuimos a visitar la biserica fortificată Viscri, casi al mismo tiempo que un grupo de turistas rumanos que llegó en un bus. La ciudadela estaba rodeada por unos espesos y altos muros, coronados por unas cuantas torres defensivas. Pero al ir a entrar nos llevamos un chasco, estaba cerrada. Una nota manuscrita en rumano y alemán colgada en la puerta parecía avisar de que aquel día la fortaleza estaría cerrada. El guía de los turistas rumanos parecía que llamaba por su móvil a alguien para tratar que la abrieran, pero no lo consiguió. Tanto ellos como nosotros nos tuvimos que ir de Viscri sin ver su iglesia.
biserica fortificată Viscri
De camino a Sighișoara había otra iglesia fortificada importante, la de Saschiz, pero tras la mala experiencia de Viscri decidimos ir directamente a Sighișoara. Nuestro alojamiento se encontraba en la Ciudadela, un pequeño recinto amurallado encaramado en una colina donde están la mayoría de sus edificios históricos. Para entrar a ella en coche había que pagar una tasa de unos 3 euros, así que pensamos que lo mejor sería aparcar el coche en alguna de las calles de la base de la ciudadela y acercarnos andando. Encontramos un hueco en la Strada Anton Pann, cerca de la rampa de subida hacia la Ciudadela. Cogimos nuestro equipaje y subimos la rampa, y tras pasar la puerta de entrada a las murallas (la Turnul Croltoriror), enseguida encontramos nuestro alojamiento para aquella noche, Pension am Schneiderturm. Es una casa antigua del siglo XVIII, reformada pero que conserva su arquitectura original. El propietario fue muy amable y nos mostró los principales puntos de interés de la ciudad y de los alrededores. Nuestra habitación estaba en la planta baja y era muy bonita, en sus paredes se podían ver las piedras originales de los antiguos muros. El handicap es que era tan pequeña que la maleta no cabía en la habitación, tuvimos que ponerla bajo la cama. El precio era mayor de lo que nos solíamos gastar en Rumanía, 170 lei (unos 38 euros), pero incluía un desayuno fabuloso.
Turnul Croltoriror , con la Pension am Schneiderturm a la izquierda
nuestra habitación en Pension am Schneiderturm
Empezamos la visita por el símbolo de la ciudad, la Turnul cu Ceas, una robusta torre del siglo XVII que albergaba el consejo de la ciudad. El interior acoge un museo de historia al que nos interesaba entrar para contemplar las vistas desde lo alto. Pero lo encontramos cerrado pese a que debía estar abierto según el horario de la guía.
Turnul cu Ceas
Después fuimos a la Piaţa Cetăţii, desde donde sale la Strada Școlii, una agradable calle con casas pintadas que ascende hacia la colina que domina la ciudadela. Al principio de la calle vimos la Casa du Cerb, uno de los edificios más antiguos de la ciudadela, con su curioso fresco coronado por la osamenta de un ciervo.
Piaţa Cetăţii
Strada Școlii, con la Casa du Cerb a la izquierda 
La Strada Școlii acaba en la Scara Școlii, una escalera de madera cubierta del siglo XVII que comunica la parte baja de la ciudadela con la alta. Mientras subíamos volvimos a encontrarnos con los mexicanos, con los que estuvimos “platicando” un rato.
Scara Şcolii
La colina está dominada por la Biserica din Deal, una enorme iglesia del siglo XIV sin mucho interés. Al lado está el cementerio sajón, testimonio del origen germano de la ciudad. También vimos uno de los bastiones que quedan de las antiguas murallas de la ciudad, la Turnul Franghierilor o torre de los Orfebres, en nombre del gremio que se ocupaba de su mantenimiento. Adosada a la torre había una casita particular la mar de curiosa!
Turnul Franghierilor
Volvimos a la parte de la ciudadela baja para ver uno de los mejores restos que se conservan de la muralla del siglo XIV. Es la parte adyacente a la Turnul Cositorilor o torre de los Hojalateros. En este caso, se conserva la galería de madera que daba acceso a las almenas de la muralla.
Turnul Cositorilor
Luego paseamos hasta la parte norte, la verdad es que la ciudadela es muy pequeña y se recorre de punta a punta muy rápido. Allí encontramos otra de las torres que se conservan de la muralla, Turnul Cizmarilor. Cerca salía una de las calles más agradables para pasear, Strada Tâmplarilor. Estaba rodeada de casas bajas de colores y se respiraba una gran tranquilidad, lejos del ajetreo de la gente y del tráfico.
Strada Tâmplarilor
En dos horas ya habíamos recorrido totalmente Sighișoara, y aunque nos gustó, no llegó a encantarnos como Brașov. Nos dio la sensación que a parte de la Turnul cu Ceas había poco que ver. Como todavía no se había hecho de noche dejamos la Ciudadela para ver un poco de la ciudad baja. Allí se notaba que volvíamos a la civilización, a aquella hora de la tarde el tráfico estaba en su apogeo. Caminamos un rato por la Strada 1 Decembrie, que gracias a sus edificios cuidados tiene cierto encanto.
Strada 1 Decembrie
Mientras paseábamos por aquella parte de la ciudad, íbamos mirando los restaurantes que encontrábamos, pero nos dimos cuenta que la oferta gastronómica era limitada. Al final fuimos a cenar al Rustic, un restaurante de cocina rumana que nos había recomendado el propietario de la pensión. Uno de los platos que pedimos es de lo más curioso que comimos en Rumanía, la Ciorbă de fasole în pâine, una sopa de judías servida dentro de un pan! Cenamos la mar de bien a muy buen precio.
cenando en el Rustic, la Ciorbă de fasole în pâine...
...sorpresa!

4 comentarios:

  1. Saludos, me estoy empapando tu diario porque me voy a Rumanía del 10 al 17 de mayo proximos, me es muy útil, ya que dá bastantes datos interesantes, por ej. no sabía que se puede entrar a la ciudadela de Sighisoara pagando un peaje.

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    1. Hola!

      Se paga por entrar con el coche dentro de la ciudadela, ya verás que con lo pequeña que es hay muy poco espacio para los coches. Es buena idea dejarlo abajo, as no ser que tengáis que acarrear mucho equipaje... :P

      Saludos

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  2. No es por el equipaje, sino porque mi pareja tiene problemas respiratorios y no puede subir muchas cuestas. Me han dicho en el foro los viajeros que lo mejor sería coger un taxi que nos deje en la ciudadela.
    Gracias y por cierto que está muy bien vuestro blog, todo está muy bien explicado, como me gusta a mí, sin perderse en detalles irrelevantes.
    luchino ( los viajeros.com )

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    1. Hola!

      Pues en ese caso sí que podrías entrar en la ciudadela en coche. Cuando fuimos la tasa era de 3 euros, no creemos que en este tiempo haya subido mucho. Así no tenéis que depender de taxis cuando os vayáis de allí.

      Muchas gracias, intentamos escribir el blog tal y como nos gustaría que fuera si estuviéramos buscando información sobre un país que quisiéramos visitar.

      Saludos

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