CERDEÑA 1: Cerdeña NW & Alghero

28 de marzo de 2013 Nuestro primer día en Cerdeña iba a dar para mucho. Por la mañana pronto volamos desde Girona hasta Alghero, donde cogimos el coche de alquiler. Con él visitamos el Capo Caccia, la espectacular Grotta di Nettuno y la antigua ciudad catalana de Alghero (L’Alguer), para terminar el día en el apacible pueblo de Castelsardo. Salimos a las 8:25 h desde el aeropuerto de Girona con Ryanair con destino a Alghero, donde llegamos sin problemas. Al salir del avión nos dirigimos a recoger el coche que habíamos reservado y pagado con ealquilerdecoches a través de Sicily by car.
28 de marzo de 2013
Nuestro primer día en Cerdeña iba a dar para mucho. Por la mañana pronto volamos desde Girona hasta Alghero, donde cogimos el coche de alquiler. Con él visitamos el Capo Caccia, la espectacular Grotta di Nettuno y la antigua ciudad catalana de Alghero (L’Alguer), para terminar el día en el apacible pueblo de Castelsardo.

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Salimos a las 8:25 h desde el aeropuerto de Girona con Ryanair con destino a Alghero, donde llegamos sin problemas. Al salir del avión nos dirigimos a recoger el coche que habíamos reservado y pagado con ealquilerdecoches a través de Sicily by car. En el mostrador de esta compañía no había casi nadie y pudimos hacer el papeleo en un momento, a diferencia de otras como Sixt o Hertz que había un montón de cola. Antes de emprender la marcha nos comimos unos bocadillos que habíamos traído de casa.
Ya motorizados, nos dirigimos al primer destino del día y una de las visitas más impresionantes de la zona, la Grotta di Nettuno. Estas cuevas se esconden en el escarpado acantilado del Capo Caccia, que veríamos después. La carretera que discurre por el Capo Caccia se acaba justamente en el pequeño aparcamiento de las cuevas. Las visitas son guiadas y empiezan a las horas en punto. Como solo faltaban 15 minutos para la siguiente visita, decidimos bajar a toda prisa las escaleras que conducen a la Grotta. Llegamos justo a tiempo para enrolarnos a la visita de las 11 h. La entrada valía 10 euros por persona, pero la verdad es que vale mucho la pena, las cuevas nos encantaron. El guía nos llevó a través de un camino cercado mientras recorríamos la enorme gruta, llena de formidables estalactitas y otras formaciones kársticas. La gruta principal estaba formada por un amplio espacio con un hermoso lago en el centro, por cuya orilla discurría el camino. Cada tanto, el guía paraba y hacía algunas explicaciones en diversos idiomas (inglés, alemán y francés); como vio que habíamos algunos catalanes, hizo para nosotros una pequeña explicación en catalán.
Grotta de Nettuno 
Grotta de Nettuno, con el lago salado 
Grotta de Nettuno 
Grotta de Nettuno 
Grotta de Nettuno 
Grotta de Nettuno, panorámica 
La visita duró casi una hora, tras lo cual nos dispusimos a subir las escaleras que tan precipitadamente habíamos bajado. Lo hicimos con tranquilidad, ya que esta escalera, la Escala del Cabirol, es una atracción turística en si misma. Está excavada en el acantilado y sus 656 escalones superan un desnivel de más de 100 m. El paisaje, con sus abruptos acantilados calizos, era espectacular, tan bonito o mas como la misma cueva. Después de bajar a la carrera la escalera y de volverla a subir acabamos hechos polvo, pero muy contentos por las primeras maravillas sardas que habíamos podido descubrir.
final de la Escala del Cabirol, junto a la entrada de la cueva 
Escala del Cabirol 
Escala del Cabirol 
Hay que decir que, aparte de en coche, se puede llegar a la Grotta di Nettuno en bus desde Alghero (vimos que era una opción que utilizaba mucha gente). Otra opción más romántica es hacerlo en barco también desde Alghero; de esta forma se accede directamente a las cuevas sin tener que bajar los escalones, ya que la cueva queda a nivel del mar. Esta opción solo funciona del 1 de abril al 31 de octubre.
Una vez en el coche condujimos un par de minutos y nos desviamos por una estrecha carretera que se abría a nuestra izquierda. Había un pequeño parking y un mirador con vistas fantásticas del Capo Caccia. Sorteando grandes palmitos y lentiscos, pudimos contemplar los impresionantes acantilados calizos de este cabo, con la Isola Foradada al lado. Como la carretera del Capo Caccia acaba en el parking de las grutas, aquel nos pareció el único sitio con buena vista del cabo.
vistas desde el Capo Caccia
vistas desde el Capo Caccia
vistas desde el Capo Caccia hacia el norte
panorámica del Capo Caccia, con la Isola Foradada a la derecha
panorámica del capo Caccia, vista norte
A continuación dejamos el Capo Caccia y nos encaminamos hacia Alghero. Como nos venía de camino hicimos una parada para visitar el Nuraghe di Palmavera. Era nuestro primer contacto con la interesantísima cultura nurágica, que surgió en la Edad de Bronce (1800 a.C.). Constituyen los monumentos megalíticos mejor conservados de Europa, y su elemento más característico es el “nuraghe”, torres de piedra que servían para controlar el territorio, como lugares de culto o como lugares de reunión. Hay cientos de nuraghi repartidos por toda la isla, pero el de Palmavera es uno de los más importantes. Iniciamos la visita por una zona con viviendas de planta circular entorno del nuraghe. Uno los edificios era más grande y albergaba una especie de sala de reuniones, ya que sobre su pared interna estaban construidos unos tosco banco para los asistentes; en el centro de la estancia había una especie de atril de piedra, con la forma que se piensa que tenían originalmente los nuraghe, ya que actualmente todos tienen su parte superior derruida. Después entramos en el nuraghe, con acceso a alguna de las torres defensivas que le rodeaban. El complejo se encontraba muy bien conservado, teniendo en cuenta que tenía mas de 3500 años de antigüedad. Lo encontramos muy interesante, vale la pena dedicarle media hora, y más al estar en la ruta de Capo Caccia a Alghero.
Nuraghe di Palmavera
Nuraghe di Palmavera, sala de reuniones
Nuraghe di Palmavera, interior del nuraghe
La próxima parada era Alghero, también conocida como L’Alguer, ciudad donde se hace más patente el periodo de colonización catalana de la isla durante el siglo XIV. Y es que aquí todavía se habla catalán, o más bien su dialecto alguerès (como lo llaman los mismos ciudadanos). Y no es un idioma residual, ya que la mayoría de los habitantes lo entienden, si bien no todos lo hablan.
Alghero, calles con carteles en catalán
Dejamos el coche al norte del casco histórico, en un enorme parking gratuito que hay en la Via Giuseppe Garibaldi. Accedimos al casco antiguo por el Bastione della Maddalena, uno de los pocos restos que quedan de la muralla que daba a tierra, derruida en gran parte cuando la ciudad creció. Paseamos por las agradables callejuelas, muchas con sus nombres escritas en catalán. Uno de los rincones más interesantes es la Piazza Civica, rodeada de algunos interesantes palacios góticos.
Alghero, Bastione della Maddalena 
Alghero, Piazza Civica 
El casco histórico es pequeño, se ve enseguida. Paseando a paso lento tardamos un poco más de una hora, ya que hay muy pocos monumentos que visitar. Uno de los más importantes es la Cattedrale di Santa Maria, que encontramos en obras, cuyo alto campanario se puede ver desde todo Alghero. Aparte de la catedral, las dos iglesias más importantes son la Chiesa di San Francesco, gran ejemplo del gótico catalán del siglo XIV, y la de Chiesa di San Michele, con su característica cúpula de azulejos de colores.
Alghero, Cattedrale di Santa Maria
callejuela de Alghero
callejuela de Alghero
Otro de los lugares más hermosos de Alghero es el paseo que va paralelo a las murallas de mar de la ciudad. Entre los bastiones defensivos, a lo lejos llegamos a ver el Capo Caccia, donde habíamos estado unas horas antes.
Alghero, paseo marítimo
Alghero, paseo marítimo
Como era mediodía decidimos comer algo antes de partir de L’Alguer. En la Via Garibaldi, cerca de las murallas, había algunos bares que vendían bocadillos y cosas por el estilo. Nos quedamos en una Tavola Calda donde ofrecían spianata y focaccia. Tuvimos que conformarnos con las segundas, ya que las spianata se habían acabado. Pedimos una focaccia de prosciutto y otra con berenjenas y queso; nos gustaron mucho, el pan era muy crujiente y delicioso, nada que ver con las focaccias que habíamos comido en Barcelona!
comiendo focaccias en la Tavola Calda
Volvimos al coche y abandonamos Alghero. Nos esperaba una hora y media de carretera hasta Castelsardo, nuestro próximo destino. Es un agradable pueblecito cuyo centro histórico se alza sobre una colina presidida por un castillo. Antes de ir a nuestro alojamiento, decidimos dar una vuelta al pueblo aprovechando el par de horas de sol que quedaban. Para acceder al casco histórico subimos colina arriba; nuestras piernas nos recordaban los escalones de la Escala del Cabirol de la mañana... Lo primero que vimos fue el castillo, aunque no entramos. Cerca salían estrechas callejuelas que se perdían por la otra ladera de la colina. Todo estaba lleno de recovecos mágicos, de esos en los que parece que el tiempo se ha detenido.
Castelsardo
Castelsardo
Castelsardo, castillo
Castelsardo
Castelsardo
Castelsardo, vista desde el casco histórico
Al otro lado del casco histórico encontramos la Cattedrale di Sant'Antonio Abate, el templo más importante de Castelsardo. Dentro había gente ensayando cantos, después supimos que era con motivo de la semana santa, muy celebrada aquí. A las puertas de la iglesia había una gente que hablaba en un idioma que no se parecía al italiano, seguramente sardo o incluso corso (Córcega se encuentra a pocos kilómetros de aquí).
Cattedrale di Sant'Antonio Abate
Después de una hora de paseo fuimos hacia el alojamiento para aquella noche, el B&B Il Tramonto, un bed and breakfast situado fuera del casco histórico pero a solo 5 minutos a pie. Nuestra habitación era muy amplia, con una gran cama, butacas y una mesa, además de un baño grande. El propietario, Manuele, era muy simpático y servicial, y habla perfectamente el castellano. Y el desayuno del día siguiente fue muy bueno, así que recomendamos totalmente el alojamiento. Y el precio está muy bien, 60 € la noche.
B&B Il Tramonto, Castelsardo
Manuele nos dijo que aquella tarde se hacía una procesión de la Settimana Santa sarda, así que decidimos volver al casco histórico para dar un vistazo. Sus callejuelas se hallaban completamente desiertas, no sabíamos donde estaba toda la gente. Seguramente estarían en la procesión, pero no sabíamos desde donde salía. Al pasar por la catedral vimos salir a los feligreses, algunos ataviados con túnicas blancas. Así que los seguimos. Al poco llegamos a la Chiesa di Santa Maria delle Grazie, donde se aglomeraba una gran cantidad de gente. Nos mezclamos entre los autóctonos y esperamos. Tras diez minutos salieron unos cofrades portando la cruz de Cristo y una madonna, detrás de los cuales empezó a marchar la gente. Parecía una procesión muy sentida, el silencio era absoluto, solo roto por los cánticos de los cofrades cuando paraban de vez en cuando. Era muy curioso.
procesión de semana santa
procesión de semana santa
Después de un rato en la procesión, la abandonamos para ir a cenar a la Trattoria Maria Giuseppa, que nos había recomendado Manuele. De primero pedimos un antipasto con embutido y queso, que acompañamos con pane carrasau. Este es un pan muy curioso, se presenta en láminas muy crujientes; tradicionalmente lo usaban los pastores sardos, ya que estaba pensado para que se conservara mucho tiempo. Durante nuestro viaje, nos lo sirvieron en todos los restaurantes donde fuimos. De segundo pedimos pasta, gnocchetti alla sarda (una pasta con forma de pequeñas conchas, cocinada con salsa de tomate y salchichas sardas) y spaghetti alle vongole e bottarga (con almejas y bottarga, huevas de pescado). La comida nos gustó mucho, y el precio estaba bien (unos 35 € en total). Totalmente recomendable!
cenando en la trattoria Maria Giuseppa : pane carasau y antipasto
gnocchetti alla sarda  y spaghetti alle vongole e bottarga

2 comentarios:

  1. Muchisimas gracias por toda la información tan detallada.
    La semana que viene viajamos por 15 a Cerdeña y me van perfectos todos tus comentarios!!!!

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  2. Que bien! Con tantos días os dará tiempo a ver muchas mas cosas que nosotros. Y esta época es ideal disfrutar también de la playa! Nos alegra que nuestras experiencias os hayan sido útiles.

    Saludos

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