IRLANDA 2: Dublín

Nuestro primer día completo en Irlanda lo dedicamos a su capital, Dublín. Los principales puntos de interés que visitamos fueron el Trinity College y su biblioteca, St. Stephen’s Green, la zona de Temple Bar, el Castillo, la biblioteca Chester Beatty y las catedrales de St. Patrick y Christchurch. Fue una visita muy completa, aunque nos dejamos la interesante cárcel de Kilmainham, que no nos dio tiempo de ver.
11 de abril de 2014
Nuestro primer día completo en Irlanda lo dedicamos a su capital, Dublín. Los principales puntos de interés que visitamos fueron el Trinity College y su biblioteca, St. Stephen’s Green, la zona de Temple Bar, el Castillo, la biblioteca Chester Beatty y las catedrales de St. Patrick y Christchurch. Fue una visita muy completa, aunque nos dejamos la interesante cárcel de Kilmainham, que no nos dio tiempo de ver.

Ver IRLANDA 2: Dublín en un mapa más grande
Nos levantamos pronto para poder ir a desayunar antes de las 8. En el comedor de The Charles Stewart Guesthouse nos esperaba el que iba a ser para nosotros un amigo inseparable durante toda nuestra estancia: el típico desayuno irlandés. Se trata de una comida muy contundente y calórica, ideal para la caminata que nos esperaba aquel día. Normalmente está compuesto de tostadas, salchichas (similares al frankfurt, pero mas picantes), bacon (mas parecido al lomo que al tocino), baked beans (judías en salsa de tomate, que se hace raro de comer a esas horas), huevo frito y morcillas (black/white pudding, aunque en aquel B&B no había). Al principio, un desayuno tan abundante y salado (estamos mas acostumbrados a lo dulce de buena mañana) nos descolocó un poco, pero al cabo de un par de días ya estábamos acostumbrados. Y al cabo de unos cuantos más empezamos a aborrecerlo un poco, ya que en casi todos los alojamientos que estuvimos siempre nos lo servían, y con muy pocas variaciones.
nuestro full irish breakfast
Con el estómago lleno (literalmente!) nos lanzamos a descubrir la ciudad. Empezamos visitando la zona más cercana al alojamiento, la orilla norte del río Liffey (el casco histórico queda al sur). Paseamos por Moore Street, donde tiene lugar el mercado de comida más antiguo de la ciudad. Pero por lo visto era demasiado pronto (las 9), y justo se estaban montando los puestos de verduras y frutas, una lástima. Muy cerca está O’Connell Street, una de las principales avenidas de esta parte de la ciudad, llena de tiendas y restaurantes. En esta calle nos paramos en frente de un gran edificio neoclásico, el General Post Office, la Oficina de Correos. El edificio en si no es nada especial si no fuera por que allí se produjo un hecho fundamental para la historia irlandesa. Desde allí se dirigió el Alzamiento de Pascua a principios del siglo XX, una rebelión que proclamó la independencia de Irlanda frente al poder británico. Ésta no tenía el apoyo de la mayoría de irlandeses, y los británicos la sofocaron brutalmente. Muchos de sus líderes fueron ejecutados cruelmente, lo que indignó a la población irlandesa e hizo que se volcara a favor de una independencia en la que anteriormente no creían y que se conseguiría años después. Casi enfrente de Correos está el Monumento de la Luz, también llamada The Spire, un pináculo considerado la escultura más alta del mundo. Ésta reemplazó los restos del monumento al almirante Nelson (un orgullo para los británicos) destruido por una potente bomba del IRA en los años 60. Mucha historia en un sitio tan pequeño!
Primeros puestos en Moore St.
O'Connell St.
estatua de O'Connell
General Post Office y The Spire
Cruzamos el río Liffey y nos dirigimos hacia uno de los lugares más famosos de Dublín, el Trinity College. Estas dependencias universitarias son como un pequeño oasis dentro del ajetreo de la gran ciudad, al organizarse entorno a unos grandes patios interiores ajardinados. La verdad es que eran un auténtico remanso de tranquilidad. El primero de los patios nos pareció el más bonito, adornado con un alto campanario y rodeado por edificios del siglo XIX. Uno de ellos era el Victorial Building Museum, al que entramos a dar un vistazo a su bonito interior y su espectacular esqueleto de ciervo Megaloceros. Los demás patios estaban rodeados por facultades modernas bastante feas sin ningún interés.


Trinity College
Victorial Building Museum
El principal motivo que teníamos para visitar el Trinity College era la Old Library, que conserva antiguos libros y manuscritos. Llegamos a la puerta a las 10, justo a la hora a la que abrían las instalaciones, y ya se había formado una pequeña cola (que era enorme cuando salimos). Después de pagar los 9 € cada uno de entrada, empezamos visitando una exposición donde se explicaba de forma sucinta la historia de los libros antes de la llegada de la imprenta. Había varios libros antiguos expuestos, pero el que nos interesaba era el famoso Libro de Kells. Este manuscrito fue creado por monjes irlandeses hace la friolera de 1.200 años, y ha sobrevivido milagrosamente a incendios y saqueos. De hecho, no son uno sino cuatro libros, los cuatro Evangelios del Nuevo Testamento. En una sala tenuemente iluminada se exponen dos de ellos, y la verdad es que ningún adjetivo es exagerado para definir estas joyas. Aunque solo pudimos ver las páginas por las que estaban abiertos los dos libros, contemplamos impresionados sus intrincados dibujos y su delicada tipografía. Permanecimos un par de minutos contemplando cada detalle. No hay palabras! En esta web la Universidad de Dublín ha colgado las imágenes escaneadas de todo el libro, una buena forma de hacerse la idea de esta maravilla.
Luego visitamos la Long Room, donde se acumulan los tomos de la antigua biblioteca. Es un lugar con una atmósfera muy auténtica, con sus estanterías de madera que albergan libros antiguos de las mas variadas materias. En una vitrina está expuesto el Arpa del Trinity College, construido en el siglo XV y auténtico símbolo de Irlanda (presente, por ejemplo, en el reverso de las monedas irlandesas de 1 euro o en el logo de la cerveza Guiness). Para concluir, podemos decir que la Old Library nos encantó, tanto el Libro de Kells como la Long Room son impresionantes. Hicimos la visita de todo el recinto en aproximadamente una hora.


Long Room, Old Library
Abandonamos el Trinity College y nos encaminamos hacia Grafton Street, una agradable calle peatonal llena de comercios y de vida. La verdad es que fue una gozada pasear por aquella calle, sus casas bajas y la ausencia de tráfico nos transportaban a un pueblecito en pleno campo. Al norte de la calle está la estatua de Molly Malone, una pescadera protagonista de una canción homónima que constituye el himno no oficial de Irlanda.

Grafton St.
Estatua de Molly Malone
A continuación fuimos a St. Stephen’s Green, uno de los parques más bonitos de la ciudad. Si Grafton Street era una gozada para pasear, St. Stephen era el paraíso. Todos los jardines estaban muy bien cuidados, con parterres de flores puestas estratégicamente para dar toques de color. Salvando las distancias, nos recordó a algunos jardines de Japón por el gran esmero que ponían en cuidarlo. Disfrutamos mucho el paseo por este parque!

St. Stephen's Green
Luego pasamos por delante de la Leinster House, sede del parlamento irlandés y que sirvió de modelo para la construcción de la Casa Blanca en Washington. Un poco más adelante entramos en otro parque, el de Merrion Square, más pequeño y menos bonito que St. Stephen’s Green. Lo que más vale la pena son las bonitas casas victorianas que lo rodean, con sus características puertas de colores; en una de ellas había una placa que explicaba que había sido el hogar de Oscar Wilde.
Casas victorianas en Merrion Sq.
Abandonamos esta zona y nos desplazamos al barrio del Temple Bar, lo que se podría considerar la parte más histórica de Dublín, y sin duda una de las más animadas (sobre todo de noche). Se trata de una red de callejones peatonales, restaurantes y sobre todo, pubs típicamente irlandeses. Enseguida que empezamos a deambular por sus calles ya nos pareció una de las partes más bonitas e interesantes de la ciudad. Nos impresionaron sus pubs, cada uno con una decoración exterior, pero siguiendo un patrón parecido. El pub más conocido es precisamente el Temple Bar, que tomó el nombre del barrio (no al revés, como mucha gente piensa). Su característica fachada de color negro y rojo es todo un símbolo. Aunque no pensábamos tomar nada, entramos dentro para echarle un vistazo, y descubrimos un interior decorado con madera y el típico ambiente vintage.



barrio de Temple Bar
Orillas del río Liffey en el barrio de Temple Bar


Temple Bar
Como teníamos hambre, decidimos comer algo en uno de los pubs (no en el Temple Bar, donde nos hubieran clavado de lo lindo!). Nos decidimos por Farrington’s, un pub un poco más tranquilo que otros que miramos. Pedimos unas alitas de pollo con salsa de queso para compartir y dos medias pintas de cerveza. Las alas estaban bastante picantes, pero la salsa era muy buena. Nos pareció curioso que para refrescar la boca nos trajeran unos trozos de apio, aunque realmente cumplieron con su cometido. Todo nos costó 18,10 €.
Comiendo en Farrington's
Luego caminamos hasta el Castillo de Dublín, otro lugar cargado de historia para los irlandeses. Era la sede del gobierno británico hasta la independencia del país a principios del siglo XX. Como la entrada es gratuita, decidimos ir a dar un vistazo. Una curiosidad es que en la puerta de acceso hay una estatua de la justicia pero que mira hacia dentro, dándoles la espalda a los visitantes; eso hacía pensar a los irlandeses que con los británicos no podían tener justicia. Al entrar nos dio la impresión de encontrarnos en un palacio mas que en un castillo, si no fuera por la Record Tower, el único elemento que ha sobrevivido del antiguo castillo medieval. Después fuimos al curioso jardín circular que hay detrás de él, construido donde se encontraba el estanque de Black Pool, Dubh Linn en irlandés, donde los vikingos fundaron la ciudad y de donde viene su nombre.
Dublín Castle, Bedford Tower
Jardines del Black Pool, con la Record Tower al fondo
Al lado del parque está la Chester Beatty Library, una biblioteca que alberga la colección de antigüedades de un magnate americano de origen irlandés. Al igual que el castillo, la entrada era gratuita. La primera planta estaba dedicada al mundo del libro, mientras que la segunda estaba centrada en manuscritos religiosos, en ambos casos de todo el mundo. Sin ser un museo muy grande, todo lo que se exponía allí nos pareció muy interesante. Le dedicamos una hora a la visita, pero perfectamente nos podíamos haber estado el doble de tiempo para verlo con calma.
A continuación fuimos hasta la St. Patrick’s Cathedral, la Catedral de San Patricio, dedicada al famoso patrón del país. Tras pagar los 5,50 € de entrada, nos encontramos ante una grandiosa nave gótica, oscura y más bien austera. Su parte más bonita nos pareció la del púlpito y la del coro, finamente labrado en madera. También eran chulos los azulejos multicolores que decoraban el suelo, recreación de los originales que se podían ver en algunos rincones. Otra de las curiosidades de la catedral es la Puerta de la Reconciliación, una antigua puerta del siglo XV; cuenta la historia que a través de su agujero se dieron la mano los representantes de dos poderosas familias irlandesas enemigas, sellando así la paz.


St. Patrick's Cathedral
A muy poca distancia está la otra catedral de la ciudad, la Cathedral of the Most Holy Trinity (Catedral de la Santísima Trinidad), más conocida como Christchurch. Aquí la entrada nos costó 6 €, y dentro había mucha menos gente que en St. Patrick. Aunque de los dos templos es el más antiguo, Christchurch se veía mucho más moderno, ya que fue profundamente restaurada en el siglo XIX. En este sentido, nos gustó mucho más la de St. Patrick.
Christchurch (dcha.), con Dublinia a su izq.
Christchurch, interior
Era media tarde y ya habíamos visto lo esencial de Dublín. Ya nos habíamos dado cuenta que no nos daría tiempo para visitar la cárcel de Kilmainham, ya que quedaba bastante alejada y cerraban pronto. Así que decidimos agotar lo que quedaba de tarde dando un paseo por la orilla norte. A parte de la calle O’Connell, que ya habíamos visto por la mañana, esta parte de la ciudad todavía tenía un par de cosas interesantes. Primero fuimos a ver la St. Mary Procathedral, el templo católico más importante de Dublín. Como cada ciudad solo puede tener una catedral católica, esta es “provisional” ya que Christchurch todavía figura formalmente como catedral católica (aunque hace siglos que se transformó en anglicana). Hasta que el Papa no revoque el nombramiento de Chrischurch como catedral, St. Mary no lo podrá ser, y eso no ha sucedido todavía. En el momento de entrar estaban dando misa, sorprendentemente con mucha gente joven entre los asistentes. La arquitectura de St. Mary no tenía ningún interés, a parte de la curiosidad de ser “procatedral”.
St. Mary Procathedral
Otro punto interesante de aquella zona es el Jeanie Johnston, la réplica de uno de los barcos del siglo XIX que transportaba a los emigrantes irlandeses hacia América. En aquella época hubo una gran hambruna que empujó a miles de irlandeses a marcharse en busca de un futuro a EEUU (por eso hay tantos allí). Y cruzaron el Atlántico apiñados en barcos en unas condiciones inhumanas (muchos no sobrevivieron el trayecto). De hecho, el barco alberga un museo que relata esta parte de la historia, pero a aquella hora estaba cerrado.
Barco de Jeanie Johnston
Con el barco dimos por concluida la visita a Dublín, la cual nos gustó mucho, en especial la Old Library del Trinity College y el barrio del Temple Bar. Nos pareció una ciudad pequeña y perfectamente abarcable caminando, a excepción de la cárcel de Kilmainham y de la Fábrica de Guiness (que ya habíamos decidido no visitar). En cuanto al tiempo para dedicarle, en un día y medio se puede ver por completo (aunque depende del tiempo que se le dedique a los museos), y en un solo día (como en nuestro caso) se pueden visitar bastantes cosas si se va a buen ritmo.
Eran sobre las 7 de la tarde y ya estábamos reventados de caminar! En vez de ir a la zona del Temple Bar a cenar como hace todo el mundo, decidimos buscar restaurante en torno de O’Connell Street. Al final nos decidimos por Madigan’s, un pub que nos convenció por su tranquilidad y sus precios moderados. Pedimos irish stew (el típico estofado irlandés, a base de cordero, patatas, cebollas y perejil) y cabbage pie (una especie de pastel de carne y puré de patatas). Las dos cosas estaban buenas, pero con el estofado nos esperábamos algo más especial (si nos dicen que es un gulash, nos lo creemos). Junto a dos pintas de cerveza, la cena nos costó 31,95 €, un sitio recomendable.
Nuestra cena en Madigan's

8 comentarios:

  1. Muy bueno chicos, nos dais ganas de que llegue agosto ya ;-)

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    1. Pues espera a los siguientes posts... Ya verás todo lo que os espera! ;)

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  2. Cuanto me gustó Dublin!!!
    Gracias por recordármelo
    Un saludo
    Carmen

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    1. Si, una de las mejores ciudades de Irlanda para pasar todo un día.

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  3. Hola. Soy Javier Sánchez de Alicante. Estoy comenzando a preparar una ruta circular a Irlanda con nuestros hijos de 09 y 13 años,para el verano que viene. Enhorabuena por vuestro blog. Si vuestra referencia fue Viajeros callejeros, la mía vais a ser vosotros. En mi caso quiero dormir un día en Inishmore (Aran), pero coincide mucho vuestra ruta con la idea que llevamos. Como voy a pasar bastante por aquí y antes que pasar de incognito, me presento con este post, agradeciendo de antemano toda la información que facilitais en el blog. De momento he creado una alerta con el precio de Ryanair y voy a ver como evoluciona. Me esperaré como vosotros ,diciembre,enero para comprar.
    www.viajero32.blogspot.com

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    1. Hola Javier,
      Nos alegra mucho que seamos tu referencia para Irlanda :P Ten en cuenta que al final nuestra ruta por el país fue muy larga para los días que llevábamos, hubiéramos agradecido unos pocos días mas para no hacer tanto coche seguido.
      Si tienes alguna duda, ya sabéis donde estamos ;)
      Saludos

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  4. Hola David y Neus, Estamos planificando nuestro viaje a Irlanda para Junio, los precios están más caros para estas fechas. Aterrizamos en Cork a las 23.00h del dia 3 de Junio y despegamos desde el aeropuerto de Dublín el dia 12 a las 17.00. De momento tenemos reservado noche en cork, otra en el círcilo de Kerry, y la tercera noche cerca de un pueblo de Dingle. Me quedan 5 noches por reservar, teniendo en cuenta que la última la queremos pasar en Dublín. Que recorrido me podrías recomendar??
    Muchas gracias

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    1. Hola!
      Pues podéis hacer muchas cosas, esa zona del oeste de Irlanda es especialmente bonita. Por ejemplo, el siguiente día de Dingle podéis hacer la ruta por Burren y acabar en Moher. Después podéis recorrer Connemara y acabar el Galway. Al siguiente, atravesar Irlanda, visitando Clonmacnoise, Trim y Old Mellifont, antes de llegar a la zona Dublin. El último día depende si queréis pasar mas tiempo en Dublin o pasar un día por ejemplo en Glendalough.
      Saludos

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