ARGENTINA 10: Bariloche IV y llegada a El Calafate

6 de enero de 2015 Ese día abandonamos la región de Bariloche y los lagos para regresar al sur, a El Calafate, localidad famosa por sus glaciares. Antes de volar, por la mañana dimos una vuelta por Bariloche, que hasta entonces apenas habíamos pateado. En El Calafate no nos dio tiempo de ver nada, dedicamos toda la tarde a hacer preparativos y a cambiar planes. Como nuestro vuelo hacia El Calafate salía a las 13:50 h, aquella mañana no íbamos a tener tiempo para mucho. Decidimos ir a dar una vuelta por Bariloche, ya que los días anteriores no habíamos tenido mucho tiempo para verla.
6 de enero de 2015
Ese día abandonamos la región de Bariloche y los lagos para regresar al sur, a El Calafate, localidad famosa por sus glaciares. Antes de volar, por la mañana dimos una vuelta por Bariloche, que hasta entonces apenas habíamos pateado. En El Calafate no nos dio tiempo de ver nada, dedicamos toda la tarde a hacer preparativos y a cambiar planes.
Como nuestro vuelo hacia El Calafate salía a las 13:50 h, aquella mañana no íbamos a tener tiempo para mucho. Decidimos ir a dar una vuelta por Bariloche, ya que los días anteriores no habíamos tenido mucho tiempo para verla. La ciudad en si es bastante fea, los edificios altos de cemento proliferaron sin control por el centro según se iban derribando las antiguas casas de arquitectura popular (que sí que han sobrevivido en Villa la Angostura o San Martín de los Andes, como vimos el día anterior). Nos acercamos a uno de los pocos lugares donde es presente esta arquitectura, el Centro Cívico. Aunque es relativamente moderno (años 40), se alzó empleando los materiales de la región (piedra y madera) y respetando su estilo. Nos pareció un buen lugar para tener una idea de como era Bariloche antes de la especulación inmobiliaria que transformó para siempre el centro.
Edificios feos del centro
Centro Cívico
Contraste entre los edificios del Centro Cívico y los de cemento del fondo
Centro Cívico
Luego nos acercamos a orillas del lago Nahuel Huapi, esperando encontrar bonitas vistas. Pero nada de eso, sus orillas en Bariloche estan muy mal aprovechadas, hay todo tipo de construcciones caóticas e incluso vertederos. Volvimos al centro, para pasear un rato por la calle Mitre, el corazón de San Carlos de Bariloche, llena de todo tipo de tiendas y comercios. Allí había muchas chocolaterías, ya que Bariloche es muy conocida por su chocolate. Entramos en una de las mas famosas, la Abuela Goye, que vendía muchísimos tipos de chocolate. No somos muy chocolateros, pero probamos un poco comprando un vaso de chocolate caliente (38 pesos, 3 €), y hay que reconocer que estaba delicioso.
Orillas del lago Nauhuel Huapì en Bariloche 
Chocolatería La Abuela Goye
Después de hacer algunas compras, regresamos al hotel para recoger las mochilas e irnos hacia el aeropuerto. Teníamos pensado ir en autobús, pero los horarios no nos iban bien, pasaba cada dos horas y media. En los últimos días habíamos hecho el propósito de ahorrar un poco mas durante el viaje, visto el ritmo al que desaparecían nuestros pesos argentinos. Pero aquello tendría que esperar, de forma que cogimos un taxi para ir al aeropuerto (187 pesos, unos 17 €). El vuelo hacia El Calafate con Aerolíneas Argentinas salió media hora tarde, aterrizando a las 15:30 h.
Nuestro plan para la tarde era acercarnos a ver el glaciar Perito Moreno, una de las principales razones para viajar a Argentina. Se puede ir de muchas formas (bus, taxi, tour...) pero nosotros decidimos probar suerte primero con el coche de alquiler. Preguntamos en todos los rent-a-car del aeropuerto, pero ninguno tenía coches disponibles. Pasamos al plan B, el taxi, pero pensamos ir primero a nuestro alojamiento y pedirlo desde allí, quizás conocieran a alguno que nos hiciera un buen precio. Para ir hasta allí usamos los únicos buses que había para ir al centro, unos minibuses que te llevaban a tu hotel y que costaban 100 pesos por persona (después pensamos que un taxi nos hubiera salido mejor de precio). Nuestro alojamiento era el Hospedaje Lautaro, un B&B situado a 5 minutos caminando del centro y a 10 de la estación de autobuses. Lo mejor de este establecimiento es sin duda Belén, su propietaria, una chica muy agradable que nos hizo sentir como en casa. Además, como veremos mas adelante, nos ayudó mucho en todos los problemas logísticos que nos surgieron. La habitación era bastante amplia y cómoda, aunque un poco vieja, por la ventana se colaba un aire frío glacial. El precio estaba bastante bien, 533 pesos por noche (incluyendo el desayuno), unos 50 € (barato para ser la Patagonia). Sin duda, es un lugar que recomendaríamos a todo el mundo.
Nuestra habitación en Hospedaje Lautaro
Le dijimos a Belén que queríamos ir esa misma tarde a las pasarelas del Perito Moreno, unos miradores que hay enfrente de la lengua del glacial. Para el día siguiente queríamos hacer el minitrekking por el glaciar, en el que te llevan también a las pasarelas pero solo una hora, y habíamos leído que para verlas bien hay que estarse como mínimo 3 horas. Así que pensamos que era una buena idea ir por nuestra cuenta el día anterior y estarnos todo el tiempo que quisiéramos. Belén llamó a un remis (coche con conductor) que nos llevaría media hora mas tarde, tiempo que aprovechamos para hacer varios preparativos. Uno de ellos era conseguir mas dinero en efectivo, los altos precios de la Patagonia habían arruinado nuestra economía. Le explicamos a Belén los problemas que tuvimos en Buenos Aires para sacar dinero con tarjeta, y ella nos recomendó que fuéramos a los cajeros automáticos del Banco Patagonia. Seguimos su consejo y en el cajero vimos el símbolo de Visa, Mastercard y demás, era la primera vez que veíamos un cajero que no aceptaba solo tarjetas argentinas! Pero no todo iba a ser bueno, había restricciones para retirar efectivo: solo podías sacar al día con una misma tarjeta 1.500 pesos (unos 130 €). Así que tuvimos que sacar dinero con todas nuestras tarjetas para acumular una buena cantidad de pesos. En Argentina se usa mucho el dinero en metálico, y en muchos sitios te hacen descuentos importantes si pagas con él.
Después nos pasamos por Hielo y Aventura, la empresa que tiene el monopolio de todas las actividades en el Perito Moreno. Nuestra intención era reservar el minitrekking por el glaciar para el día siguiente, pero ahí se empezaron a torcer nuestros planes: nos dijeron que lo tenían todo completo hasta cuatro días después! Nos quedamos de piedra, no nos esperábamos que hubiera tanta demanda. Tres días después nos íbamos a El Chaltén así que no teníamos tiempo para hacer el tour. La única esperanza era que alguna agencia tuviera alguna baja de última hora. Regresamos a toda prisa al alojamiento, ya que Belén tenía contacto con varias agencias para ver si nos podía sacar de aquel marrón. Pero no hubo suerte, ninguna de las agencias a las que llamó tenían plazas para el día siguiente, eran unas fechas con muchas reservas.
Como nos hacía mucha ilusión el minitrekking por el Perito Moreno, lo único que podíamos hacer era rehacer por completo nuestro planning. Nuestra idea inicial era estarnos tres días seguidos en El Calafate, y el planning hubiera sido este:
  • Día 6: por la tarde, ir a las pasarelas en taxi
  • Día 7: minitrekking por el Perito Moreno
  • Día 8: tour en barco de navegación por los glaciares
  • Días 9 a 11: El Chaltén
Y tuvimos que cambiarlo todo para poder hacer el minitrekking, intercalando los días de El Chaltén dentro de los de El Calafate. Menos mal que no teníamos ningún vuelo o algo así cuya fecha no se pudiera cambiar! Belén se portó muy bien y nos ayudó a cancelar unas noches de hotel y a cambiar las fechas de otras. Y eso que a ella le perjudicó, ya que no tenía habitaciones para las fechas de nuestra vuelta a Calafate (tuvimos que buscar otro alojamiento). Lo que sí que podíamos hacer el día siguiente era la navegación por los glaciares. A todo esto vino Mario, el conductor del remis que nos tenía que llevar al Perito Moreno. Cuando le explicamos todos nuestros problemas nos dijo que también nos podía llevar al glaciar el día siguiente, después de la navegación, que solo era de medio día, y así tendríamos mas tiempo para estar allí. Nos pareció una idea genial, ya que cada vez se estaba haciendo mas tarde. De esta forma, el planning quedó de esta forma:
  • Día 6: aquella tarde ya no nos daría tiempo de nada
  • Día 7: tour en barco de navegación por los glaciares, y por la tarde ir a las pasarelas en remis
  • Días 8 a 10: El Chaltén
  • Día 11: minitrekking por el Perito Moreno
Para añadir un poco mas de cacao al asunto, las noches del 10 y del 11 las tendríamos que hacer en alojamientos diferentes de El Calafate. Con tan poca antelación y con tanta demanda no había mucho donde elegir. Pero a esas alturas era la menor de nuestras preocupaciones. Al menos con este planning lograríamos hacer el minitrekking, una de las experiencias que mas ganas teníamos de hacer en aquel viaje.
Todos estos cambios dependían de una última cosa, que pudiéramos comprar los billetes de bus hacia El Chaltén para el día 8. Pensábamos que con tanta demanda de tours quizás también habría mucha demanda para ir a El Chaltén, uno de los paraísos del excursionismo en Argentina. Así que fuimos rápidamente a la estación de autobuses y afortunadamente tuvimos suerte, había billetes de bus para dos días después (550 pesos ida y vuelta, unos 50 €). Aprovechamos y compramos los billetes para ir mas adelante a Puerto Natales en Chile (700 pesos, unos 60 €). ¡Menos mal, por fin lo teníamos todo atado: alojamientos, tours y transportes! Fue una tarde llena de estrés y de trajín, pero al menos había salido bien. Haríamos todo lo que nos habíamos propuesto, aunque en un orden un poco diferente.
Con tanto trajín, no disfrutamos del buen ambiente de El calafate
Para acabar con los preparativos de aquella tarde, pasamos por un supermercado para comprar algo de comida para los días siguientes. También hicimos acopio de la ropa sucia y usamos el servicio de lavandería del hostal. Ahora sí que podíamos descansar, nos habíamos tirado toda la tarde yendo a oficinas, llamando a sitios, reservando tours, comprando billetes de bus… Fue una tarde poco productiva turísticamente pero mucho logísticamente. Nos merecíamos una buena cena. Aunque iba a ser un poco complicado, era día de reyes y había pocos restaurantes abiertos. Acabamos en La Carmela, el restaurante de un hotel cercano que tenía platos variados y bastante baratos. De primero para compartir pedimos matambre relleno, un tipo de corte de carne de vacuno que se rellena de varias cosas (huevo duro, jamón, verduras…), estaba muy bueno. Después pedimos ñoquis a los cuatro quesos y raviolis de salmón con salsa de curry ahumado, ambos también muy buenos. La cena nos salió bien de precio, 270 pesos en total (unos 24 €).
Matambre relleno, todo un clásico argentino
Aunque no lo parezca, los ñoquis y los raviolis estaban muy buenos

2 comentarios:

  1. Estoy siguiendo con mucho interés este viaje! Me encantaría poder copiaros pronto

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    1. Pues todavía faltan los platos fuertes del viaje! A ver si pronto teneis la suerte de poder ir ;)
      Saludos

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