CHINA: primeras impresiones

Con los recuerdos de nuestro viaje a China todavía frescos en nuestra mente, vamos a dar cuatro pinceladas de lo que hemos vivido. Ha sido el viaje mas largo que hemos hecho hasta ahora, 25 días, y la gran variedad de lugares que hemos visitado ha hecho que se nos pasaran volando. Hemos vuelto encantados de sus monumentos, paisajes, gastronomía, gente... Así que podemos decir que en general ha sido un viaje fabuloso, uno de los mejores que hemos hecho últimamente. Cuando elegimos como destino China no nos imaginábamos que nos fuera a gustar tanto. Así que no os extrañéis si algún día anunciamos que volvemos a visitarlo de nuevo.
Como solemos hacer, ha sido un viaje por libre, organizado por nuestra cuenta y en transporte público, y en ese aspecto también nos hemos llevado una sorpresa positiva: es un país totalmente accesible para los viajeros independientes. El país se va adaptando poco a poco al turismo internacional, todavía hay poca gente que sepa inglés, pero siempre están dispuestos a ayudar. Son dificultades de cualquier viaje por libre, y en ese sentido China no nos ha parecido mas complicado que otros países asiáticos. El transporte público es fácil de usar, barato y te lleva prácticamente a cualquier lugar. La experiencia de recorrer el país en tren, en algunos casos nocturnos, fue muy buena, y no sufrimos ni un solo retraso en todo el viaje.
Montones de turistas chinos en la Ciudad Prohibida de Pekin
Antes de viajar, llevábamos unas ideas previas (llamadlo prejuicios, si queréis) de cómo sería el país, a raíz de lo que habíamos leído y lo que nos contaba la gente. Quizás el mas obvio es que en China hay multitudes agobiantes de gente, ya que es el país mas poblado del planeta. Y realmente encuentras a mucha gente por todos los lados, aunque quizás no tanta como esperábamos, recordamos peor por ejemplo los metros de Londres o Tokyo en hora punta. En los puntos turísticos es donde se hace mas estresante, ya que hay muchísimo turista chino, en algunos lugares como la Ciudad Prohibida o Zhangjiajie hubiéramos agradecido un poco mas de calma. También nos habían avisado de la suciedad, pero China no nos pareció un país especialmente sucio, excepto los lavabos públicos. La contaminación es otro de los temas que se habla recurrentemente, pero estando en Pekin no la notamos especialmente, es mas, nos pareció una ciudad con poco tráfico pese a lo grande que es, y mucha gente se desplaza con motos eléctricas. También hay que tener en cuenta que un par de semanas atrás se habían celebrado los mundiales de atletismo y quizás habían parado las fábricas como hicieron con las olimpiadas.
Otra parte de nuestros perjuicios se refería a los mismos chinos y su carácter. Uno de los mas justificados es la fama que tienen de gritones. Mira que los españoles gritamos mucho al hablar comparado con los centroeuropeos, pues los chinos nos ganan. Lo peor es que reproducen esta conducta en los hoteles a cualquier hora, mas de una noche nos despertaban sus “conversaciones”. Otra de las costumbres chinas que choca desde occidente es la de escupir, aunque a nosotros nos dio la sensación que no era generalizada, e incluso en las grandes ciudades costaba de ver. También nos habían dicho que eran fumadores compulsivos, pero no nos lo ha aparecido; desde hace unos años, el gobierno chino ha prohibido fumar en espacios públicos, transportes... y quizás la problemática del tabaco fuera mas grave en el pasado. Como no fumadores que somos, nos hemos sentido cómodos en China.
Probar la rica gastronomía china era otra de las prioridades del viaje. Una de las primeras impresiones que nos llevamos es que es mas picante que la que se sirve en los restaurantes chinos de aquí. Nosotros no toleramos mucho el picante y en un par de ocasiones nos costó acabarnos algún plato, pero no había nada que un buen cuenco de arroz blanco no ayudara a bajar. En cualquier caso, la cocina china nos gustó por la variedad de sabores e ingredientes, aunque al final nos cansamos un poco de tanto arroz y fideos. Comer en la calle es fácil, barato y rico, ya fuera dumplings, brochetas u otros alimentos cuyos nombres desconocemos. En los restaurantes no siempre tienen carta en inglés, pero siempre tienen fotos de los platos, y si no lo suplen con la enorme simpatía de los camareros.
Fideos chinos
Puesto callejero de brochetas
Como ya explicamos en un post anterior, China es un país enorme y durante el pre-viaje tuvimos que hacer un gran esfuerzo para seleccionar que zonas íbamos a visitar y cuales dejaríamos para un futuro retorno al país. Al final nuestra ruta quedó dividida en tres partes: una primera parte dedicada al rico patrimonio histórico chino (Pekin, Xi’an, etc.), una segunda parte centrada en sus espectaculares paisajes (Zhangjiajie, Yangshuo…) y una última mas pequeña centrada en una gran ciudad de estilo occidental (Hong Kong). A continuación os comentaremos que nos han parecido alguno de los lugares mas destacables del viaje.

PEKIN
Fue la primera parada de nuestro periplo y una de las que mejor recuerdo guardamos. Una de las cosas que mas nos sorprendió fue que, pese a ser una gran urbe de mas de 15 millones de habitantes, sus calles eran agradables y no tenían el ambiente opresivo de las grandes ciudades. En muchos barrios parecía que estabas en un pueblo… si no fuera por la gran cantidad de gente que había en todos los lados. En el aspecto práctico, en Pekin nos pareció muy fácil moverse en transporte público, sobre todo por su gran red de metro.
Plaza Tiananmen, con la Ciudad Prohibida al fondo
Pekin fue nuestro primer contacto con la historia china, y la verdad es que disfrutamos un montón con sus interesantes monumentos. La Ciudad Prohibida nos fascinó por su enorme extensión y su arquitectura que tanto nos recordó a Japón; sin embargo, la gran masificación que sufre uno de los lugares mas populares del país deslució un poco la visita. Nuestro mejor recuerdo es sin duda para la Gran Muralla China. Estuvimos todo un día recorriendo uno de sus tramos (Mutianyu) y volvimos extasiados, ¡superó con creces todas nuestras expectativas! Y no solo por su valor histórico, la muralla y las montañas sobre las que se encarama forman unos paisajes increíbles. Pese a que fue un día lluvioso y brumoso, lo recordamos como uno de los mejores del viaje.
Bajo la lluvia en la Gran Muralla China (Mutianyu)

DATONG, PINGYAO Y XI’AN
En nuestro primer paso hacia al sur, seguimos descubriendo el gran patrimonio histórico chino. En Datong nos impresionó mucho el Monasterio Colgante, prácticamente suspendido en la nada sobre un acantilado, y las cuevas de Yungang, con sus antiquísimos budas esculpidos en la roca. Pingyao nos enseñó como debía ser una pequeña ciudad china unos cuantos siglos atrás. Su casco histórico y sus mansiones medievales son de lo mejorcito del país en cuanto a monumentos históricos.
Calle pintoresca en Pingyao
Xi’an es la ciudad mas conocida y mas grande de las tres. Fue la primera vez que estábamos en una gran ciudad de esas en la que te estresas nada mas pisarla. Su barrio musulmán nos pareció pintoresco, lleno de puestos ambulantes y de vida. Aunque también nos dio la sensación que la cantidad de chinos musulmanes debía estar a la baja, a no ser que hubieran renunciado a su identidad (costaba ver mujeres con pañuelo, no se veía gente en las mezquitas…). Lo mejor de Xi’an son sus famosos guerreros de terracota, que no nos defraudaron en absoluto. Quedamos impresionados cuando vimos el foso donde cientos de ellos formaban un gran ejército.
Guerreros de terracota de Xi'an

ZHANGJIAJIE Y FENGHUANG
Tras coger un vuelo en Xi’an, hicimos un salto de 600 km hacia al sur, llegando a Zhangjiajie, famoso por sus espectaculares paisajes que inspiraron la película “Avatar”. Tuvimos un poco de mala suerte con la meteorología, ya que de tres días, dos hizo mal tiempo, con lluvia y muy mala visibilidad. Aún así, nos encantaron sus increíbles paisajes, y a veces la bruma les daba un encanto especial. También en el aspecto negativo hay que comentar la gran masificación de turismo chino que sufre el parque, a veces llegó a ser agobiante.
Escarpados picos boscosos en Zhangjiajie
Otro punto de esta etapa fue Fenghuang, un pueblo encantador a orillas de un río, testimonio de la China previa a la modernización del país. Sus casas tradicionales sostenidas por pilones de madera sobre el río nos parecieron fascinantes y auténticas. Sin embargo, contemplamos con estupor como la gran presión del turismo nacional está destruyendo este valioso patrimonio substituyéndolo por hoteles clónicos. Debían quedar una veintena de casas tradicionales, y tememos que dentro de unos años ya no quede ninguna.
Casas tradicionales sobre pilones en Fenghuang

GUILIN Y YANGSHUO
El siguiente paso en nuestra ruta fue la región de Guilin, una gran ciudad en la que no nos estuvimos mas tiempo que el estrictamente necesario ya que no nos pareció que tuviera ningún interés. Desde allí fuimos a las terrazas de arroz de Longji, donde estuvimos un par de días paseando y descubriendo paisajes increíbles. No era la primera vez que veíamos terrazas de arroz, pero nos impresionó el conjunto que formaban junto a pequeños pueblos y bosques. Como en Zhangjiajie, la meteorología no fue demasiado buena y a primera hora de la mañana la densa niebla nos impedía ver los arrozales. Menos mal que mas tarde se disipaba y podíamos contemplarlos en todo su esplendor.
Terrazas de arroz de Longji (Dazhai)
Pasamos unos cuantos días en Yangshuo para contemplar uno de los paisajes mas típicos de China: abruptas montañas llenas de bosques alzándose en medio de planicies surcadas por ríos y llenos de arrozales. Fue otro de los buenos recuerdos de ese viaje, ya que pudimos contemplar unos espectaculares paisajes en barco, en bici y a pie. Una lástima que no nos hicieran días mas claros durante nuestra estancia.
Descubriendo los alrededores de Yangshuo en bici

HONG KONG
Como si fuera la meta de una carrera, al final de nuestra ruta estaba la gran ciudad de Hong Kong. Fue como estar en un país diferente, ya que la herencia británica de esta excolonia está muy presente, incluso en el carácter de la gente. Allí el tráfico es ordenado y civilizado, la gente no grita al hablar... y todo es mucho mas caro! Nos impresionaron los grandes rascacielos de la isla de Hong Kong, están construidos en un espacio tan pequeño que nos parecieron incluso mas espectaculares que los de Nueva York.
Rascacielos de Hong Kong
Hicimos un par de excursiones, la primera de ellas a Macao, la antigua colonia portuguesa. Como nos sucedió al entrar en Hong Kong, nos pareció un país diferente, los edificios coloniales portugueses y las calles adoquinadas le daban un aspecto totalmente diferente al de cualquier otra ciudad china. La ciudad también es conocida por sus casinos, y entramos en un par para ver como los locales se jugaban ingentes cantidades de dinero en unos segundos. Era la primera vez que entrábamos a un casino y nos chocó. La segunda excursión la hicimos en los alrededores de Hong Kong, donde descubrimos el gran buda de Lantau, una de las mayores representaciones de este dios en el mundo.
Edificios coloniales portugueses en Macao

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