CAMBOYA 1: llegada a Phnom Penh

30 de noviembre y 1 de diciembre de 2017 Aquella jornada comprendió dos días de transporte, en los que estuvimos volando de Barcelona a Phnom Penh, la capital de Camboya. Entre medio muchas horas de vuelo, una escala en Dubai y una parada en Rangún. Llegamos a Phnom Penh a la noche del segundo día, y solo tuvimos tiempo (y ganas) de ir a nuestro hotel y ponernos a dormir. ¡Por fin llegó el día! Era un frío jueves de noviembre y por la noche íbamos a coger el vuelo hacia Camboya. Se nos hacía raro meter en la mochila pantalones cortos y camisetas veraniegas con el frío que hacía fuera. A última hora de la tarde ya estábamos listos y fuimos hasta el aeropuerto de Barcelona. Facturamos las mochilas y pasamos los controles. Solo nos quedaba por esperar a que saliera nuestro vuelo de Emirates a las 22:05 h.
30 de noviembre y 1 de diciembre de 2017
Aquella jornada comprendió dos días de transporte, en los que estuvimos volando de Barcelona a Phnom Penh, la capital de Camboya. Entre medio muchas horas de vuelo, una escala en Dubai y una parada en Rangún. Llegamos a Phnom Penh a la noche del segundo día, y solo tuvimos tiempo (y ganas) de ir a nuestro hotel y ponernos a dormir.
¡Por fin llegó el día! Era un frío jueves de noviembre y por la noche íbamos a coger el vuelo hacia Camboya. Se nos hacía raro meter en la mochila pantalones cortos y camisetas veraniegas con el frío que hacía fuera. A última hora de la tarde ya estábamos listos y fuimos hasta el aeropuerto de Barcelona. Facturamos las mochilas y pasamos los controles. Solo nos quedaba por esperar a que saliera nuestro vuelo de Emirates a las 22:05 h.
El avión iba hasta los topes y nada mas despegar nos sirvieron la cena, que era bastante aceptable para ser comida de avión. Entre lo tarde que era, que habíamos cenado y que aquella mañana habíamos madrugado para ir a trabajar, nos entró sueño de inmediato, así que pasamos el resto del viaje durmiendo. Después de 6 horas y media de vuelo llegamos a Dubai, eran las 7 de la mañana. Mientas el avión hacía la aproximación al aeropuerto tuvimos una fantástica estampa del amanecer sobre el Burj Khalifa, el rascacielos mas alto del mundo. Lástima no haber tenido la cámara a mano... La escala en Dubai iba a ser corta, unas dos horas. Pero apenas íbamos a tener que gastar tiempo en buscar la puerta de embarque del siguiente vuelo, ya que Emirates tiene una terminal entera para sus vuelos, así que no hay que cambiar de terminal.
Aeropuerto de Dubai
A las 9:10 h salió puntual nuestro siguiente vuelo, que nos llevaría a Camboya. El avión no iba completamente lleno, y hubo gente que se pudo estirar un poco usando dos asientos. Como ya habíamos dormido en el anterior vuelo, decidimos sacarle partido a la pantalla multimedia que tenían todos los asientos. La verdad es que son un gran invento para los vuelos largos, ves una película y ya te has pulido un par de horas de viaje. El vuelo no era directo, hacíamos una parada en Rangún, la capital de Myanmar (Birmania). Este es un país que se está poniendo muy de moda, y mucha gente bajó del avión allí. Los que continuábamos el viaje tuvimos que esperarnos dentro del avión y se hizo un poco pesado (debimos estar una hora y media). Después volvimos a despegar, y solo teníamos menos de dos horas hasta Phnom Penh.
Tras ocho horas y media (incluyendo la parada) llegamos a Phnom Penh (Nom Pen). Era de noche, debían ser sobre las 8 y media, y estábamos reventados. Pero todavía nos quedaba el carrusel de trámites burocráticos. El primero era el visado de entrada, para el que solo tenías que rellenar un par de papeles, entregar una foto de carnet (ya íbamos preparados, porque si no te cobran por hacértela) y pagar 30 USD (si no llevas dólares, hay varios cajeros automáticos). Parecía fácil, pero no lo era, ya que tenías que hacer dos colas diferentes para entregar distintas cosas (una de ellas era el pasaporte para que te engancharan el visado). Al final había una ventanilla donde un empleado entregaba los pasaportes con el visado, pronunciando el nombre de pila del interesado y blandiendo el pasaporte al aire. Después teníamos que pasar otro control, donde entregabas otro papelito y te ponían un sello en el pasaporte. Hay que indicar que desde hace poco se puede sacar un visado electrónico antes de viajar al país, con el que te ahorras algo de colas, pero que es mas caro, 36 USD.
Una vez pasados los controles fuimos libres. Antes de recoger el equipaje vimos unas oficinas de cambio cuyas tasas nos parecieron aceptables, aunque no eran ningún regalo. Hay que comentar que la moneda de Camboya es el riel, pero también se usa como segunda moneda el dólar americano. Mas tarde vimos que las dos se usan indistintamente, a menudo los rieles para cantidades pequeñas y los dólares para las grandes. Pero en aquel momento decidimos cambiar en las dos monedas para tener de las dos. La tasa de cambio de euro a dólar fue de 1,088 (cuando el cambio oficial estaba a 1,18 dólares por euro) y la de los rieles fue de 4191 (el oficial era de unos 4800 rieles por euro). La anécdota fue que aunque cambiamos pocos rieles (unos 200 €), nos dieron una gran cantidad de billetes, ya que el de valor mas alto es de 20000 rieles, lo que equivale a poco mas de 4 €.
Terminal de llegadas del aeropuerto de Phnom Penh
El último paso fue recoger nuestras mochilas, que debía hacer tiempo que se paseaban por la cinta de equipajes después de tantos trámites. Para ir hasta el centro de Phnom Penh no nos tuvimos que complicar la vida, ya que habíamos reservado un taxi a través de nuestro hotel (12 USD). No había mucho tráfico a aquellas horas de la noche y llegamos rápidamente a nuestro alojamiento en la capital camboyana, el Vacation Hotel Boutique. El personal del hotel nos recibió al estilo camboyano, con una gran sonrisa y mucha amabilidad, incluyendo un zumo con hielo y una toallita para refrescarnos (no íbamos vestidos para el calor tropical). Nuestra habitación era espectacular, muy grande, con una gran cama y varios muebles. También tenía un buen baño con bañera. El desayuno estaba incluido y consistiría en una carta donde podías elegir diferentes cosas preparadas al momento. La ubicación era bastante buena, se podía ir andando al Museo Nacional o al mercado nocturno, y en poco tiempo en tuktuk llegabas al Palacio Real. El precio era caro para ser Camboya, 29 € la noche, pero no por lo que recibías a cambio. Una vez instalados en la habitación nos metimos enseguida en la cama, había sido un día muy largo.
Nuestra habitación de Phnom Penh

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